Reino Unido 2020 121 min.
Dirección Ben Wheatley Guion Jane Goldman, Joe Shrapnel y Anna Waterhouse, según la novela de Daphne Du Maurier Fotografía Laurie Rose Música Clint Mansell Intérpretes Lily James, Armie Hammer, Kristin Scott Thomas, Keeley Hawes, Ben Crompton, Ann Dowd, Sam Riley, Bryony Miller, Tom Goodman-Hill, John Hollingworth, Jane Lapotaire, Mark Lewis Jones Estreno en Internet 16 octubre 2020
Aunque son muchas las adaptaciones que se han hecho de la novela de Daphne Du Maurier, especialmente para la televisión, siempre quedará como genuina y digna del recuerdo el clásico que le valió a Hitchcock en 1940 su único Oscar a la mejor película. Esta apuesta de Netflix por volver sobre el asunto, con todo lujo de producción y estrellas solventes, se antoja como mera operación de marketing, una ocasión para hacer caja y negociar sobre seguro, a la vista de la particular fascinación que ejerce esta novela de terror gótico con considerables dosis de melodrama romántico. Siempre tan inteligente, Hitchcock obvió en su adaptación detalles y secuencias de la novela que Ben Wheatley ha recuperado para sonrojo del personal, lo que añadido al poco fuste y la escasa motivación que parece tener en la empresa, provocan una adaptación tan desangelada como directamente olvidable.
Autor en su momento de películas referenciales como Turistas o High-Rise, Wheatley conoció una época desierta y acabó refugiándose en la televisión, medio al que esta lujosa producción no parece ser ajena. Podría haberse planteado como un cruce entre Downtown Abbey, El gran Gatsby y las intrigas criminales de Agatha Christie, pero por el contrario se ha planteado como un híbrido romántico y misterioso que ni engancha ni emociona más allá de compararlo con el clásico hitchcokiano y reencontrarse con su fascinante trama de fantasmas y perversidades femeninas, que de misógina este relato tiene un rato.
Wheatley ha perdido la ocasión para modernizar la intriga, vigorizar a su heroína y dar al conjunto un fuste más moderno y sofisticado. Por el contrario solo el compositor Clint Mansell parece haber querido aprovechar la ocasión para dar al conjunto un toque más contemporáneo, pero en su empeño ha chocado con las formas excesivamente académicas y aseadas del director y su música al final ha quedado fuera de contexto, anticlimática y jugando al despiste tanto como cuando se decide incluir canciones folk anacrónicas. Ni en el apartado interpretativo merece interés, con Kristin Scott Thomas quizás como única que aprovecha la oportunidad de recrear una Sra. Danvers convincente, aunque lejos de la ambigüedad y la enfermiza perversidad de Judith Anderson. Lily James está directamente sosa y Armie Hammer se limita a lucir palmito.
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