![]() |
Damian Humbley y Alfonso Casado |
Este
cambio de gusto se notó
especialmente anoche en el Maestranza, con el
aforo completo y el público enfervorecido con cada actuación de las cuatro
extraordinarias voces que acompañaron a Alfonso
Casado. Natural de Alcalá de Guadaira, hace más de una década que el
maestro reside y triunfa en Londres, dirigiendo
musicales en el emblemático West End y recibiendo reconocimientos muy preciados.
Casado
se ha puesto al frente de la ROSS en
varias ocasiones, la última hace dos años en el Auditorio Cartuja Center,
con un programa dedicado a las adaptaciones cinematográficas de éxitos de
Broadway. También entonces vino acompañado de cuatro voces amigas que
garantizaron un triunfo absoluto. Esta vez ha protagonizado el dilatado cierre de temporada de nuestra
orquesta en su sede oficial, el Maestranza, y el éxito ha sido incluso mayor.
![]() |
Alfonso Casado Trigo |
80
años de éxitos en el West End de Londres
La
propuesta en esta ocasión se centraba en hacer un recorrido de ochenta años por los musicales que han triunfado en el
bohemio barrio londinense. Claro que esto era sobre el papel, pues en la
práctica la cita no resultó ser tan
rigurosa. Es cierto que arrancó con Oklahoma!,
primero y uno de los títulos más señeros del tándem Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II, reyes indiscutibles de
Broadway durante casi tres décadas. Pero el estreno en 1943 de este icónico
musical fue en Broadway, teniendo la escena londinense que esperar cuatro años
para disfrutarlo allí.
La
obertura original sirvió para introducir el espectáculo, un repaso por
canciones legendarias como People Will
Say We’re in Love, Out of My Dreams o la que da título al musical. El
barítono irlandés Killian Donnelly
dio el tono perfecto, profundo y confiado, para deleitarnos con Oh What a Beautiful Morning, la canción
con la que se inicia este histórico musical.
Quienes
sí solían estrenar primero en Londres y después en Broadway fueron Frederick Loewe y Alan Jay Lerner. My Fair Lady ha trascendido al musical
para convertirse en título de repertorio incluso en teatros de ópera, donde
recala con honores de opereta. La
soprano ligera Jessie Hart cantó
como los ángeles I Could Have Danced All
Night, con alguna licencia en los arreglos orquestales, mientras Damian Humbley se sirvió de su voz
aterciopelada de tenor lírico para embelesarnos con The Street Where You Live.
![]() |
Jessie Hart y Damian Humbley cantan All I Ask of You |
Demasiada
atención se dispensó, a nuestro juicio, a Benny
Anderson y Björn Ulvaeus, los cabezas pensantes de Abba, no porque no la
merezcan, sino porque entre tantísimos icónicos musicales que se podrían haber
elegido, uno de tan escasa repercusión como Chess
en la primera parte, y otro integrado por éxitos de la banda ajenos a la
escena, como es Mamma Mia! en la
segunda, no nos parecía la elección más
acertada. Claro que eso es ponerse riguroso, y lo que se busca es el éxito
inmediato. De cualquier forma, I Know Him
So Well de Chess, que han
versionado incluso Whitney Houston y Anne Sofie von Otter, sonó fascinante en
las voces de Hart y Murray, que complementaron
así sus tesituras de forma exquisita.
De
un Disney irrefrenable al delicado Sondheim
La
ruta elegida por una insaciable Disney
desde inicios de los noventa del siglo pasado, de convertir en suntuosos musicales
sus habituales adaptaciones de cuentos clásicos, abrió el camino a Alan Menken para convertirse en el autor de musicales más prolífico y laureado
de los primeros años del siglo XXI. For
the First Time in Forever de Frozen
introdujo este bloque en el que sonó la obertura de la adaptación
cinematográfica de La bella y la bestia
a imagen real en 2017, seguida de Evermore,
una canción del musical que sobrevivió en esta nueva versión del clásico y que
Donnelly cantó con proverbial
sensibilidad y carga emotiva.
Quizás
la más emocionante de cuantas canciones haya escrito Menken, en esta ocasión
con la letra de Stephen Schwartz, sea Out
There de El jorobado de Notre-Dame,
que en la voz de Damian Humbley sonó majestuosa
y sobrecogedora. De ahí pasamos a dos dúos especialmente concebidos para
conmemorar distintos aniversarios de Los
miserables, de Claude-Michel
Schönberg y Alain Boublil, que mantiene el récord de mayor permanencia
continuada en la escena londinense, nada más y nada menos que cuarenta años.
Por un lado, Murray y Hart entonaron I
Dreamed a Dream combinada con On My
Own, y por otro Donnelly y Humbley hicieron lo propio con la emotiva Bring Him Home.
![]() |
Killian Donnelly |
El
entusiasmo de público nos obliga a perdonar esa falta de rigor comentada, así
como que todos estuvieran amplificados,
quizás para equilibrar fuerzas, si bien con la acústica del Maestranza y la
fuerza de las voces solistas, habría sido posible prescindir de la
amplificación y confiarse más al sonido natural. Pero lo más imperdonable es
que ni el programa de mano ni los
sobretítulos hicieran mención a los autores de las partituras, un defecto
que Casado palió parcialmente en sus elocuentes intervenciones.
Artículo publicado en El Correo de Andalucía
No hay comentarios:
Publicar un comentario