ORQUESTA BARROCA DE HELSINKI: AIROSOS NÓRDICOS
Con un atractivo programa integrado por un nutrido elenco de compositores nórdicos del siglo XVII, encabezados por Dietrich Buxtehude, se presentó en el FeMÁS una reducción de la Orquesta Barroca de Helsinki; indudablemente una de las citas claves de esta edición.
Un concierto con el que pudimos disfrutar de partituras de escasa divulgación, centradas en música vocal luterana, en su mayoría de clara inspiración italiana, como Ach Herr, strafe mich nicht de Johann Valentin Meder. Aunque también hubo obras en las que se denotaba ya un estilo más germánico, con jugosos juegos en disonancias y armonías, como Es war aber an der Stäte de Christian Geist. Todos los autores eran contemporáneos de Buxtehude, quien en cierto modo vampirizó sus estilos, del mismo modo que ejerció una notable inspiración en Bach y rendida admiración en Händel.
Bajo dirección del clavecinista Aapo Häkkinen, cuyo solo en la Suite in discessum de Christian Richter fue depurado, brillante y virtuoso, el conjunto hizo gala de solvencia y rigor, con la violinista Minna Kangas apurada en afinación en la Suite a 4 en sol de Andreas Kirchhoff, pero derrochando agilidad y expresividad, al contrario que el violagambista Mikko Perkola, que no logró lucirse en su solo del Jubilate Domino del compositor de Lübeck, revelando un nivel técnico bastante pobre.
Por su parte, el contratenor Teppo Lampela, muy apreciado en Finlandia, exhibió un potente volumen, un timbre hermoso y un amplio registro vocal que le llevó a moverse en una indecisa tesitura, quizás para esquivar escollos. De cualquier modo, descubrir piezas como Laudate Dominum omnes gentes de Kaspar Förster o Salve mi Jesu de Franz Tunder, fue sin duda una delicia.
Ampliación de la crítica publicada en El Correo de Andalucía el 14 de marzo de 2011
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