Crítica de Cine
NUNCA ME ABANDONES (Never Let Me Go)
NUNCA ME ABANDONES (Never Let Me Go)
Reino Unido-USA 2010 105 min.
Dirección Mark Romanek Guión Alex Garland, según la novela de Kazuo Ishiguro Fotografía Adam Kimmel Música Rachel Portman Intérpretes Carey Mulligan, Andrew Garfield, Keira Knightley, Charlotte Rampling, Sally Hawkins, Isobel Meikle-Small, Ella Purnell, Charlie Rowe Estreno 18 marzo 2011
Ocho años y unos cuantos video-clips ha necesitado Mark Romanek para volver a ponerse tras las cámaras, después de aquel extraño thriller protagonizado por Robin Williams que dirigió en 2002 con el título de One Hour Photo (Retratos de una obsesión). Y a la vista de los resultados más le valdría haberse tomado unas vacaciones más largas. Y es que para convencer y emocionar con un material tan delicado y, en principio, disparatado como éste hay que saber muy bien cómo dirigir a los actores y extraer de ellos emociones sinceras. Pero también hay que saber manejar bien los tiempos cinematográficos, dominar el ritmo y controlar giros y sorpresas, y nada de eso parece saber hacer este realizador, que ha tomado prestado un argumento basado en una novela de cierto éxito, pero en la que se plantean cuestiones muy complejas sobre la vida, la muerte y el amor, y los límites que todo ello conlleva, que en las manos equivocadas puede dar lugar a algo tan esperpéntico y ridículo como esta película. Disfrutar con el rostro angelical de la protagonista de An Education, y recuperar el estilo intimista y evocador de la música de Rachel Portman, acaban convirtiéndose en los únicos alicientes de una cinta de la que ni siquiera consiguen sacar partido la siempre gesticulante Keira Knightley y el sosías de Anthony Perkins, Andrew Garfield (La red social).
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