Francia 2012 92 min.
Dirección Olivier Megaton Guión Luc Besson y Robert Mark Kamen Fotografía Romain Lacourbas Música Nathaniel Méchaly Intérpretes Liam Neeson, Maggie Grace, Famke Janssen, Rade Serbedzija, Luke Grimes, Leland Orser, Jon Gries, D.B. Sweeney
Estreno en España 5 octubre 2012
Puede que tras una irregular carrera como realizador Luc Besson haya encontrado su mejor trabajo como productor de esta doble entrega de un personaje tan carismático y bien perfilado como el de Bryan Mills, un superhombre especialista en seguridad internacional que maneja recursos físicos e intelectuales con tan portentosa habilidad que hace creíble lo imposible; un estratega que domina las reglas de la física con tal maestría que consigue resolver las situaciones más complicadas posibles. Segunda parte, en sentido absolutamente literal, de una entretenida película de acción que Besson produjo en 2008 y que se desarrollaba en aquella ocasión en París. Con un planteamiento estructuralmente gemelo al de aquella, su segunda entrega se ambienta en un Estambul tan turístico como tópico en el peor sentido, que sirve de escenario a una trepidante trama de búsquedas y persecuciones en el que la única finalidad es colocar al espectador ante las situaciones más inquietantes y angustiosas imaginables. Carreras por los tejados de la ciudad, peleas a muerte en el famoso Haman de Cemberlitas, o las llamadas musulmanas a la oración como exótica banda sonora, sirven de telón de fondo a un film que cuenta entre sus alicientes recuperar ese estilo de cine policíaco europeo, especialmente francés, que tanto proliferaba en la década de los 70 con cintas protagonizadas por Jean-Paul Belmondo o Alain Delon, combinado con el estilo visual y violento aprehendido del cine norteamericano, y reinventando por el camino al típico justiciero fascista que mejor representaba Charles Bronson en aquella misma década y la que le siguió. Al éxito de la empresa contribuye decisivamente un montaje frenético y un planteamiento estructural y narrativo sencillo y eficaz, además de un más que aceptable trabajo interpretativo de Neeson y Grace, padre e hija en la ficción, que juegan a salvarse mutuamente (él a ella en la primera parte, y a la inversa en ésta) de un grupo de maleantes de manual a los que matar sistemáticamente sólo provoca alivio en el espectador.
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