Italia-Francia 2012 115 min.
Dirección Matteo Garrone Guión Matteo Garrone, Massimo Gaudioso, Ugo Chiti y Mauricio Braucci Fotografía Marco Onorato Música Alexandre Desplat Intérpretes Aniello Arena, Loredana Simioli, Nando Paone, Nello Iorio, Nunzia Schiano, Rosaria D’Urso, Giuseppina Cervizzi, Claudia Gerini
Tras el triunfo cosechado con Gomorra hace un par de años, Garrone regresa al cine con una propuesta que a priori parece muy diferente pero que en el fondo no traiciona sus parámetros, denunciando una realidad social que ahoga a su país y los de su entorno, y utilizando para ello una camada de intérpretes frescos y naturales, sacados del barrio, del populacho al que analiza. Pero a la vez echa mano de una tradición cómica italiana en la que resulta fácil identificar a Vittorio de Sica, Totó y Alberto Sordi. Y lo hace para contarnos una amarga historia de ingenua ilusión, la que padecen quienes todavía hoy no tienen acceso a una educación adecuada - y la cosa va a peor - convirtiéndose en carne de cultivo para empresarios despiadados dispuestos a todo para embaucar y arruinar a los más débiles, bien sean banqueros con sus hipotecas extraordinarias o productores de televisión con plataformas de lanzamiento de guaperas sin talento a una fama efímera. En definitiva, la opresión del pueblo en forma descarnada, con bodas principescas incoherentes con viviendas chabolistas y sueños de grandeza para quienes no saben hacer nada. La empresa se sostiene hasta bien entrado el metraje, cuando Garrone no sabe muy bien qué hacer con tan magnífico material y el espectáculo comienza a estirarse innecesariamente. Gran Premio del Jurado en Cannes.
GOOD VIBRATIONS
Reino Unido-Irlanda 2012 103 min.
Dirección Lisa Barros D’Sa y Glenn Leyburn Guión Colin Carberry y Glenn Patterson Fotografía Ivan McCullough Música David Holmes Intérpretes Dylan Moran, Jodie Whittaker, Richard Dormer, Andrew Simpson, Adrian Dunbar, Mark Ryder
Entre los productores de esta pequeña película hecha con evidente entusiasmo e ilusión está David Holmes, disc jockey, compositor (algunas películas de Steven Soderbergh cuentan con su música) y productor musical que se encuentra en el certamen para dar un concierto. De ahí el interés por contar la apasionante historia de Terri Hooley, uno de esos adultos con alma de niño que en la década de los 70 fundó una pequeña tienda de discos en la convulsa Belfast, que después convirtió en sello discográfico con el que dio a conocer el punk en Irlanda. El tema es recurrente, la resistencia ante la intolerancia y la sinrazón a través de la cultura, ya se trate de Mozart, Chejov o los Sex Pistols. Imbuida de entusiasmo, frescura y energía, los acontecimientos vitales de este carismático y simpático personaje con cierto aire a Robin Williams, van traspasando la pantalla con naturalidad y sinceridad, hasta que surge un mal endémico en la comedia moderna, que a un tercio del final adopta un tono trágico y pretenciosamente trascendental, malogrando parte de sus posibilidades y provocando una inevitable pérdida de interés. Con todo se deja ver con agrado y una sensación general de amabilidad.
THE SUICIDE SHOP
Título original: Le magasin des suicides
Francia-Canadá-Bélgica 2012 79 min.
Guión y dirección Patrice Leconte, según la novela de Jean Teulé Música Etienne Perruchon Voces Bernard Alane, Isabelle Spade, Kacey Mottet Klein, Isabelle Giami
Primera incursión del realizador de El marido de la peluquera y Ridicule en el cine de animación, con un producto que formalmente recuerda al también francés Sylvain Chomet (Bienvenidos a Belleville, El ilusionista) y temáticamente haría las delicias de Tim Burton. Su acabado estético es impecable, la banda sonora de Etienne Perruchon estimable, salpicada de buenas pero en ocasiones interminables canciones, y el diseño de los personajes simpático. El problema reside en su discurso, reiterativo y menos interesante conforme avanza el metraje, agotando todos sus recursos y provocando que su ajustado metraje termine resultando cansino. La utilización del 3D es sin embargo modélica y muy disfrutable.
HOLY MOTORS
Francia-Alemania 2012 115 min.
Guión y dirección Leos Carax Fotografía Yves Cape y Carolina Champetier Música Neil Hannon Intérpretes Dennis Lavant, Edith Scob, Kylie Minogue, Michel Piccoli, Eva Mendes, Jean-François Balmer, Big John, François Rimbau, Karl Hoffmeister
El título que se alzó con los premios a mejor película y mejor dirección en el pasado Festival de Sitges, supone el regreso de Leos Carax al cine, desde que sorprendiera a algunos hace veinte años con el film Los amantes de Pont Neuf, y que desde entonces apenas ha dirigido otra película no estrenada entre nosotros. Se trata en esta ocasión de ese cine radical y extremista que viene en llamarse experimental y artístico, lo que puede generar entusiasmo en algunos, irritación en otros, o simplemente desinterés, como es el caso. Sus propuestas son resultado de un pastiche en el que podemos reconocer a David Lynch, Luis Buñuel, el Resnais de El año pasado en Marienbad, y hasta al Gioros Lanthimos de Alps. Y en su discurso incluso al Cronenberg más cargante, el de Cosmópolis. Las andanzas de un profesional cuyo trabajo consiste en satisfacer las fantasías de quienes lo contratan, no encuentra en el universo de Carax un tratamiento estimulante, ni desde el punto de vista estético ni como discurso existencial. Da la sensación de querer transmitir muchas cosas y quedarse en el camino, de la misma forma que se le puede reprochar haber echado mano de una puesta en escena vetusta y rancia, con las posibilidades que un experimento como éste daba para hacer un espectáculo que al menos fuera visualmente impactante; y eso que la produce el canal Arte.
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