Francia 2012 100 min.
Dirección Pascal Bonitzer Guión Agnés de Sacy y Pascal Bonitzer Fotografía Romain Winding Música Aleksei Aigui Intérpretes Jean-Pierre Bacri, Kristin Scott Thomas, Isabelle Carré, Marin Orcand Tourrés, Claude Rich, Philippe Duclos
¿Habéis hecho alguna vez algo imposible? Le pregunta el protagonista a sus amigos; él intentará hacerlo por amor en esta película elegida para clausurar este festival; una comedia romántica francesa de estreno absoluto fuera de su país y de Bélgica, donde la cinta aterrizó en los cines el pasado 5 de septiembre, con notable éxito de taquilla. Su director destaca por haber escrito, entre otros, los guiones de las películas de Jacques Rivette La pequeña mentirosa (1991) y Vete a saber (2001). Con una historia que mezcla problemas de pareja con una trama de inmigración ilegal, su protagonista, Jean-Pierre Bacri, no convence como para atraer tanto a la siempre dulce y encantadora Isabelle Carré y a la impagable Kristin Scott Thomas, cada vez más seductora y atractiva. Abordada con el carácter amable que se supone a una clásica comedia francesa de costumbres, con personajes por supuesto burgueses e intelectuales, se echa en falta más mordacidad en sus planteamientos, así como aprovechar el contraste entre occidente y oriente que apuntan personajes anecdóticos y la profesión del protagonista. No llega a interesar en ningún momento, merced a una realización rutinaria y poco implicada, con resultados poco satisfactorios. Si acaso se deja ver con una sonrisa en la boca, la de estar viendo algo intrascendente y banal pero amable, que podemos añadir al muestrario de sonrisas que cultivan los personajes de Carré y Bacri en ciertas secuencias de la película.
TABU
Portugal-Alemania-Brasil-Francia 2012 118 min.
Dirección Miguel Gomes Guión Miguel Gomes y Mariana Ricardo Fotografía Rui Poças Intérpretes Teresa Madruga, Laura Soveral, Ana Moreira, Henrique Espírito Santo, Carlotto Cotta, Isabel Cardoso, Ivo Müller, Manuel Mesquita
Aunque su cine es todavía desconocido aquí, Miguel Gomes se ha forjado cierto prestigio como uno de los jóvenes realizadores más interesantes y prometedores de su país. Con premios en Berlín (Crítica Internacional), Las Palmas (Público) y Gante (Película), Tabu hace referencia al nombre del monte imaginario en África junto al que transcurre este drama de amor imposible, además de mantener su significado como algo prohibido e inconfesable. Tras una introducción enigmática protagonizada por un explorador en el corazón del continente negro, asistimos a la soledad de una anciana y su amable vecina en el Lisboa actual. Justo a la mitad una frase ya mítica, "Ella tenía una granja en África", relaciona indisimuladamente la historia de la primera con las legendarias experiencias de Karen Blixen en Memorias de África. Ambientada en Mozambique, antigua colonia portuguesa, y rodada en blanco y negro y sin diálogos, se desarrolla una larga y pesada narración de este difícil romance, con una voz en off permanente que nos distancia de las emociones que debiera despertar la crónica. Su correcta factura, la inclusión de elementos de la magia y cultura africanas y el hipnótico tratamiento narrativo hacen que la cinta resulte estimable, pero naufraga en su intento de reflejar el dolor de este amor imposible en un paraíso (felicidad) que se ha convertido en un concepto muy repetido en esta edición del festival.
CÉSAR DEBE MORIRTítulo original: Cesare deve morire
Italia 2012 76 min.
Guión y dirección Paolo y Vittorio Taviani, según la obra de Shakespeare “Julio César” Fotografía Simone Zampagni Música Giuliano Taviani y Carmelo Travia Intérpretes Cosimo Rega, Salvatore Striano, Giovanni Arcuri, Antonio Frasca, Juan Dario Bonetti, Vincenzo Gallo, Rosario Majorana, Francesco De Masi
La gran triunfadora del Festival de Berlín de este año supone el regreso tras la cámara de los prestigiosos Hermanos Taviani, responsables de títulos ya legendarios del cine como La noche de San Lorenzo o Good Morning Babilonia, y que no hacían cine desde 2007 cuando dirigieron El destino de Nunik. Con esta nueva cinta se adentran en una cárcel de máxima seguridad de Roma, donde se encuentran encerrados asesinos y mafiosos de la peor calaña, para representar con ellos la tragedia de Shakespeare Julio César. En blanco y negro asistimos a las pruebas y los ensayos, mientras en color a algunos fragmentos de la obra. Lo que en principio podría parecer un disparate se convierte ante nuestros ojos, desde el mismo comienzo, en algo tan apropiado y natural como ver a estos personajes siniestros convertidos en alter ego de sus personajes teatrales, e intuimos cómo la vida en la cárcel es un microcosmos en el que no es difícil identificar las mismas motivaciones, traumas e inquietudes que definen a los caracteres diseñados por el genio inglés del s. XVII. Los Taviani consiguen con este ingenioso y sumamente intelectual ejercicio hacernos reflexionar sobre el papel que nos ha tocado vivir en este mundo que hemos diseñado y del que parece no podemos escapar. Porque podríamos ser nosotros quienes viviéramos entre rejas teniendo en cuenta lo artificioso que parece este orden social que nos hemos inventado y alrededor de cuyas reglas vivimos. Una vez nos han presentado a quienes interpretarán el drama, y hemos visto sus caras, nada diferentes de la gente común a la que estamos acostumbrados, nos chocan y sorprenden sus crímenes y condenas; algunos tendrán que vivir toda la vida encerrados. Sus delitos son execrables pero ellos no lo parecen, y como actores dan la talla sorprendentemente. Al final sus roles y sus vidas están tan íntimamente relacionadas que volver a la celda tras el triunfo teatral se convierte en algo tan irreal como la vida misma.
KILL ZOMBIE
Título original: Zombibi
Holanda 2012 90 min.
Dirección Martijn Smits y Edwin van der Eshof Guión Tijs van Marle Fotografía Joost van de Wetering Música Matthijs Kieboom y Martijn Schimmer Intérpretes Yahya Gaier, Mimoun Ouled Radi, Sergio Hasselbaink, Gigi Ravelli, Uriah Arnhem, Noel Deelen
Fin de fiesta con una comedia cuyo principal aliciente consiste en proceder de una cinematografía que no nos tiene acostumbrados a este tipo de cine de mero entretenimiento. Una película de zombies en Ámsterdam con protagonistas negros y musulmanes que aporta poco a lo que nos llega habitualmente del cine americano, al que imita descaradamente y sin complejos. Incluso sus soluciones formales más originales, que la acercan al gusto de un público más acostumbrado a videojuegos y televisión que al cine estrictamente, derivan de esa cultura visual importada de los Estados Unidos. No tiene apenas estructura narrativa, no consigue generar tensión en momento alguno y sus efectos visuales son discretos, su maquillaje espantoso y las salpicaduras de baba verde y sangre que visten todos los personajes no disimulan su origen acrílico. Su sentido del humor aporta momentos divertidos, pero en conjunto la cinta es cien por cien deficiente.
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