Gracias a la iniciativa de la Diputación de Sevilla algunas localidades de la provincia pueden disfrutar de espectáculos culturales de calidad y sacarle provecho a los magníficos espacios con los que cuentan algunas de estas ciudades, aunque la oferta estrictamente musical sea la más desatendida, constituyendo sólo dos citas, una de ellas de flamenco, de entre las catorce con las que cuenta el circuito.
La Barroca es una de las afortunadas, y como siempre el público lo es aún más. Con un generoso y muy respetuoso aforo, la formación contó esta vez con la muy estimable colaboración de Enrico Casazza, uno de los más florecientes violinistas de su generación, con una carrera espléndida a sus espaldas tanto en grabaciones como en directo. El programa se centraba naturalmente en este instrumento solista, rescatando para la ocasión dos concerti grossi poco divulgados como son los seleccionados de Geminiani, basado en La Folllia de Corelli, y Locatelli, obras redescubiertas a raíz del rescate que a partir la segunda mitad del siglo XX se ha ido realizando de la música de Vivaldi, auténtico protagonista de esta singular cita.
La acústica del por otro lado estupendo teatro municipal no ayudó, pero tampoco fue responsable del efecto destemplado que lució la orquesta en momentos puntuales de este concierto, sino más bien fue una de esas ocasiones en las que la formación no lució en todo su esplendor. Casazza aprovechó para exhibir su incuestionable virtuosismo aunque más de un pasaje acusó falta de afinación y ajuste, a lo que se sumó una cuerda aguda ocasionalmente flácida. Sí cumplieron en prestaciones la cuerda grave y el clave, los habituales Ventura Rico, Mercedes Ruiz y Alejandro Casal. Sobre los atriles un precioso programa con cuatro espléndidos conciertos de Vivaldi, a los que los miembros de la Barroca respondieron con brío y entusiasmo, mientras Casazza atacó con energía y habilidad para acometer los laberintos armoniosos intrínsecos a piezas tan singulares como La tempesta di mare. El lado melancólico y sentimental estuvo bien representado con una muy sentida interpretación del cantabile de L’amoroso.
El gesto serio de Ventura Rico en esta foto contrasta con su carácter afable en escena |
Quienes pretendan asistir a este concierto en Lebrija la noche del 1 de diciembre o en Carmona la siguiente, absténganse de seguir leyendo. La velada terminó con una broma musical. La falta de programa de mano obligó a Ventura Rico a erigirse en competente orador introduciendo cada pieza interpretada, a lo que sumó en la propina una jugosa explicación histórica sobre un supuesto compositor italiano contemporáneo del Barroco, afincado en Sevilla, un tal Valentini Sanchetti presuntamente redescubierto por la orquesta (lean en el programa colgado en la página web de la orquesta los nombres de la plantilla) y del que interpretaron una obra de asombroso parecido con el himno del Sevilla del Arrebato. Que la pieza estuviese suficientemente camuflada y que la broma no fuese aclarada impidió que el murmullo de asombro del público no se convirtiese en sana carcajada, y que muchos y muchas saliesen de allí convencidos de una historia que no era cierta. No hubiese descolorido la gracia que se hubiese aclarado al final para no pasar así de la broma a la burla. No obstante aplaudimos ese entusiasmo de fiesta con el que la Orquesta Barroca de Sevilla acomete cada evento en el que participa.
Nota: Gracias al comentario que me ha dejado Andrés he descubierto que este programa ya fue ofrecido por la Barroca y Casazza en junio del 2011 en Santa Clara, y que también allí tocaron la misma broma musical.
Nota: Gracias al comentario que me ha dejado Andrés he descubierto que este programa ya fue ofrecido por la Barroca y Casazza en junio del 2011 en Santa Clara, y que también allí tocaron la misma broma musical.
La pieza se llama "Folía bética" y, por eso, no se trata del himno del Sevilla (citado sólo en el pasaje tenebroso central), sino del Real Betis Balompié. Como lea esto Sanchetti le da algo.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus aclaraciones. Mi ignorancia en asuntos futboleros me hizo confundir ambos himnos, aunque hay que reconocer que a pesar de la rivalidad los parecidos entre ambos son evidentes, pero tiene gracia que el del Sevilla se haya introducido con mimbres amenanzantes y lúgubres. Bueno, he hecho los deberes y ya me he informado y aclarado en todo.
EliminarEstimado amigo,
ResponderEliminarEn primer lugar, muchas gracias por tu crítica. Quisiera, asumiendo la consideración del posible equívoco que una de las propinas interpretadas en nuestro concierto del pasado 30 de noviembre de 2012 en el Teatro “Juan Rodríguez Romero” de Dos Hermanas (Sevilla) pudiera provocar, que no hay nada más lejos de mi intención que el hacer burla del público.
Supuse que con las extravagantes noticias sobre la vida de Sanchetti y con las propias referencias musicales de la pieza, el carácter de broma musical quedaría suficientemente patente. Es sin embargo posible que no sea así. Esta pieza fue interpretada también en Sevilla en uno de nuestros conciertos hace un año, sin que entonces tuviésemos la sensación de que causase ningún problema.
Esta mañana me ha llamado por teléfono un espectador del concierto de ayer expresando una queja en el mismo sentido que apuntaba tu crítica. Le he ofrecido mis disculpas y le he rogado que en próximas comparecencias de la OBS ante el público, venga a verme para que pueda ofrecérselas personalmente. Quisiera, con tu permiso, aprovechar este espacio para hacer extensivas estas disculpas a todo espectador que haya podido sentirse molesto u ofendido.
Fdo: Ventura Rico. En Sevilla, a 1 de diciembre de 2012
Muchas gracias por tus sinceras y cálidas disculpas al público. Quede claro que cualquier comentario que haya hecho al respecto ha sido desde el más absoluto cariño y respeto que os profeso. Lo que no entiendo es cómo se me pudo escapar este concierto cuando lo ofrecisteis en Santa Clara el 1 de junio del año pasado. Bueno, ha venido bien para disfrutarlo ahora en un entorno novedoso. Gracias Ventura por consultar mi blog y enhorabuena como siempre.
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