Alexei Volodin, piano. Edmon Colomer, director.
Programa: Obertura de Candide de Bernstein; Rapsodia sobre un tema de Paganini,
de Rachmaninov; Images-Iberia, de Debussy; Till Eulenspiegel, de Strauss.
Teatro de la Maestranza, jueves 13 de diciembre de 2012
Andrea Sostakova, concertino de la orquesta, a la izquierda |
Cierto que el rendimiento no es el mismo según quien la dirija. El pasado verano la escuchábamos en un concierto de música de cine en Córdoba bajo la batuta de Arturo Díez Boscovich, que la dirige por cierto en su estupenda banda sonora para el sensacional corto de Juan Antonio Espigares Fuga, y los resultados no fueron muy satisfactorios. Ahora con su director titular, el gran Edmon Colomer, el asunto ha mejorado ostensiblemente.
Tras una efervescente, festiva y vibrante Obertura de la opereta de Bernstein Candide, el joven pianista ruso Alexei Volodin exhibió una excelente técnica en las Variaciones sobre Paganini de Rachmaninov, en las que sin embargo echamos en falta una mayor efusión lírica, emotividad y elegancia; en la orquesta primó el respeto y la moderación. Atentos a detalles y matices, la Iberia de Debussy se deslizó sensualmente arropando todo el misterio y la magia de la página, mientras el poema de Strauss retuvo toda la vitalidad y el humor del arranque al corno solista, destacando en contraste y agilidad, lo que provocó que aunque la interpretación no fuera técnicamente brillante, destacara en cuerpo y expresividad.
Crítica publicada en la edición impresa de El Correo de Andalucía el 15 de diciembre de 2012
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