Guión y dirección Richard Ayoade, según una novela de Joe Dunthorne Fotografía Eric Alexander Wilson Música Andrew Hewitt y Alex Turner Intérpretes Craig Roberts, Yasmin Paige, Noah Taylor, Sally Hawkins, Paddy Considine Estreno en España 31 octubre 2012 (en Sevilla 17 noviembre 2013)
La falta de digitalización de nuestros cines en circuito original y el uso en ellos de equipos de emisión domésticos hace que en lugar de llegar estrenos se recuperen títulos que se estrenaron en el país hace tiempo, como éste que lo hizo en octubre del año pasado. Ahora que tanto se lleva lo vintage no extraña que se utilice un estilo tan próximo al Free Cinema inglés para contarnos, una vez más, las desventuras del clásico chico con cara de desnortado en esa fatídica edad, o al menos de eso parecen querer convencernos los cineastas cuanto más independientes mejor, en la que se descubre el amor y las responsabilidades de la vida. En ésta lo primero le llega de la mano de una antipática y resabida compañera de colegio, mientras lo segundo consiste en afrontar y tratar de resolver la recurrente crisis matrimonial de sus padres. Su realizador debuta en el largometraje después de dirigir un documental y varios cortos y episodios de televisión, además de participar como actor en un sinfín de películas y series televisivas. Intenta insuflar ritmo a la cinta a base de un montaje veloz con multitud de brevísimas escenas pretendiendo transmitir estados de ánimo y vivencias con un estilo de manual aprendido, y con frases dicha a tal velocidad de vértigo que muchas veces impiden reflexionar sobre las posibles estupideces que nos están recitando, por lo que el conjunto se nos antoja en general deslavazado y poco interesante. El experimento hubiera mejorado si al menos el chico tuviera el carisma de Liam James, el joven protagonista de la reciente El camino de vuelta, por citar un ejemplo de chaval con estas características, y ella un poquito más de encanto. Por quedarnos con algo de este desangelado producto destacaríamos las tribulaciones del protagonista para salvar la relación de sus padres, actuando a menudo como el periscopio del submarino del título, aún a costa de su propia felicidad, y las canciones en tono pop también retro del joven Alex Turner, líder del grupo Arctic Monkeys. Algo debió de verle al proyecto Ben Stiller, que decidió convertirse en su productor ejecutivo e incluyó a su director entre los protagonistas de Los amos del barrio, junto al propio cómico americano, Vince Vaughn y Jonah Hill.
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