Corea del Sur-USA 2013 126 min.
Dirección Bong Joon-ho Guión Bong Joon-ho y Kelly Masterson, según la novela gráfica “Le Transperceneige” de Jacques Lob, Benjamin Legrand y Jean-Marc Rochette Fotografía Hong Kyung-pyo Música Marco Beltrami Intérpretes Chris Evans, Song Kang-ho, Tilda Swinton, John Hurt, Ed Harris, Jamie Bell, Octavia Spencer, Ko Asung, Ewen Bremner, Luke Pasqualino, Alison Pill Estreno en España 9 mayo 2014
Quizás el estreno tímido de esta excepcional película se deba a su secuestro mediático por parte del distribuidor norteamericano Harvey Weinstein, empeñado en que el director de Crónicas de un asesino en serie y The Host realice un nuevo montaje de ésta su primera incursión en el cine norteamericano. Lo cierto es que desde su multitudinario y triunfante estreno en Corea del Sur el pasado mes de agosto, apenas un puñado de países, con Francia a la cabeza, ha podido acercarse al particular universo libremente retratado por Joon-ho en su película a partir de la novela gráfica que le sirve de base. Nacido con vocación de culto, el film retrata una imitación de la sociedad que lamentablemente conocemos, en la piel esta vez de un nutrido grupo de supervivientes de la gran catástrofe mundial acaecida como consecuencia del cambio climático y la congelación total del planeta. Viajan permanentemente en un tren cuyos vagones están dispuestos de tal forma que a la cabeza lo hacen los poderosos y quienes disfrutan de una excelente calidad de vida, con mucho ocio, lujo y bienestar general, y a la cola lo hacen los desprotegidos, oprimidos e indigentes. Algo así como los sempiternos hemisferios mundiales, ejes del balance y el equilibrio necesarios para garantizarnos a unos pocos nuestra posición privilegiada en la vida. Pero el entretenimiento no se detiene en reflejar este escenario sino que procura ir más allá, proponiendo un avance revolucionario en el que la desesperación y el desencanto emergen como motores tan poderosos como la máquina que consigue que el imponente tren marche sin fin. Metáforas que se van sucediendo en una iconografía que se inspira en la desdichada historia reciente el hombre, con peajes obligatorios en infamias como el holocausto nazi. Es verdad que la cinta se resiente de unos efectos digitales poco esmerados y que su ritmo se resiente de algunos episodios faltos de empuje, pero lo compensa con una suntuosa y desquiciante dirección artística y un reparto espectacular en el que el realizador ha encajado incluso a su actor fetiche Song Kang-ho. Y aunque sus premisas nos resultan harto familiares, el conjunto destaca por su vigor, rigor formal y pesimismo recalcitrante.
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