Guión y dirección Paco León Fotografía Juan González Música Fran Martínez Cabeza de Vaca Intérpretes Carmina Barrios, María León, Paco Casaus, Yolanda Ramos, Estefanía de los Santos, Manolo Solo, Teresa Casanova, Mari Paz Sayago, Paqui Montoya, Alicia Cifredo Estreno 30 abril 2014
Paco León confirma su talento y confianza como director y promotor. Seguro de la valía de su producto, y con el fuerte apoyo de distribución con el que cuenta su segunda película impidiéndole estrenar por otros cauces que no sean los convencionales, se ha atrevido no obstante a proyectar gratis su película un día antes del estreno oficial en cines escogidos de cinco grandes ciudades. El boca a boca uniéndose a una fuerte campaña de publicidad y mediática que, unido al hecho de que nos encontramos ante una película notable en todos los sentidos, convertirán a buen seguro esta película en un nuevo éxito del cine español capaz de exorcizar ese miedo que nuestro público tiene al producto nacional. En esta segunda entrega de las llamémoslas aventuras de la sin par madre del protagonista de Aída, León profundiza más en la materia y se aleja del tono grotesco, socarrón y gamberril de Carmina o revienta para regalarnos una estimable reflexión sobre la vida y la muerte y adentrarnos en el universo de toda una Corleone sevillana. Una mujer que escucha con la misma facilidad que confabula, hace conjuros y arregla los asuntos de los seres queridos que tiene alrededor. Carmina es más humana en esta película que apunta los grandes problemas que sufrimos en la sociedad actual, y analiza con admirable lucidez el único futuro certero que tenemos todos los seres humanos, nuestra cita con la muerte. En el camino y casi exclusivamente en un único escenario, asistimos a toda una galería de curiosos personajes, unos atormentados por su suerte, otros subyugados por la fuerza y la espontaneidad de la protagonista, y otros contrapuntos cómicos a la auténtica esencia de esta nueva película, que no es sino la de pura tragedia. Pero tragedia con modos de comedia, hilarante hasta el punto de hacer imposible entender las líneas de diálogo que suceden a los continuos gags cómicos. Lo que en la anterior entrega era un episodio con accidente de tráfico por medio, aquí es la expulsión de unos ocupas, y lo que antes era una conversación surrealista con la vecina sobre la reina, ahora le toca el turno a una masajista heterocuriosa sobre los gozos del aparato genital femenino. Pero son episodios aislados en medio de un drama (de hartarse de reír) que reflexiona sobre la vida, la esperanza, las raíces y los lazos familiares y amistosos, y que para el espectador pasa como un suspiro. Entre las antológicas caracterizaciones de la película destacamos una María León inmensa, capaz de matizar cada detalle de su interpretación, del dolor auténtico al fingido con absoluta convicción y credibilidad. Sólo un reparo, que llegue a públicos tan amplios que muchos no estén preparados para digerir la sucia lengua de su protagonista y confundan esa manera de hablar con un estilo a imitar que legitime la escasa preparación de gran parte de nuestra población.
Esta vez te has salido, magnífica crónica
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