Dirección Roberto Andò Guión Roberto Andò y Angelo Pasquini, según la novela del primero Fotografía Maurizio Calvesi Intérpretes Toni Servillo, Valerio Mastandrea, Valeria Bruni Tedeschi, Eric Nguyen, Andrea Renzi, Judith Davis, Anna Bonaiuto Estreno en España 21 mayo 2014
El intercambio de personalidades entre personas físicamente idénticas, gemelos o no, ha dado mucho juego en el cine y la literatura, desde Príncipe y mendigo de Mark Twain a Inseparables de David Cronenberg. Aplicarlo a la actual situación de descrédito y desconfianza frente a la clase política, prestándole una mirada crítica pero desde dentro, desde la propia cúpula del poder, es el atractivo punto de partida de este sobrio e inteligente drama con considerables dosis de humor y un marcado carácter emotivo. Adaptando su propia novela Andò exhibe los entresijos de la política, los juegos de poder y los pactos entre gobierno y oposición para mantener la alternancia; igual que aquí, sólo que nosotros aún seguimos mostrándonos incapaces de plasmar en nuestro cine la actual situación de desesperanza y desesperación del pueblo español ante una clase política tan mezquina y mediocre como la que nos gobierna. El tirón del actor Toni Servillo tras el descomunal éxito cosechado con La gran belleza sirve para atraer a un público que no se sentirá insatisfecho ante la invitación a la reflexión que propone esta excelente película. Italianos y franceses no han dejado pasar la crisis, política y económica, y lo han reflejado en un buen puñado de títulos más o menos memorables. Nuestro cine, enfrascado en comedias y dramas generalmente románticos, todavía no se ha hecho eco, y no será por falta de material. La necesidad de encontrar nuevos valores nos lleva a la paradoja de hallarlo en un filósofo psicológicamente inestable, aunque en la operación se realice más de una manipulación. El resultado sin embargo se antoja efectivo, con peajes emocionalmente tan gratificantes como ese Fellini en imagen de archivo quejándose ya en 1979 de la idiosincrasia del pueblo italiano y cómo lo aprovechaban sus despiadados y cretinos políticos, una situación muy similar a la que vivimos en este país. Galardonada con los David di Donatello al mejor guión y al mejor actor secundario (Mastandrea), el film nos deja además perlas tan estimulantes como ese usurpador de secretario general bailando el tango con la canciller alemana, un chiste impagable ante esta Europa del capital y la agonía de la política en la que nos hemos sumergido.
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