USA 2016 127 min.
Dirección Brad Furman Guión Ellen Brown Furman, según la novela de Robert Mazur Fotografía Joshua Reis Música Chris Hajian Intérpretes Bryan Cranston, John Leguizamo, Diane Kruger, Amy Ryan, Joseph Gilgun, Benjamin Bratt, Olympia Dukakis, Elena Anaya, Juliet Aubrey, Jason Isaacs, Rubén Ochandiano, Simón Andreu, Yul Vázquez, Art Malik, Saïd Taghmamoui, Michael Paré, Saniel Mays, Niall Hayes Estreno en Estados Unidos 13 julio 2016; en España 16 diciembre 2016
Basada en sus propias vivencias como policía infiltrado en el mundo del narcotráfico en los años ochenta, Robert Mazur escribió la novela que ahora adapta la esposa del realizador Brad Furman, otorgándole la nota femenina necesaria a una historia en la que el papel sentimental tiene un amplio relieve. Furman dirigió hace unos años un interesante policíaco, El inocente, que le brindó a Matthew McConaughey el primero de los papeles que relanzaron su carrera como actor serio y comprometido. Después vendría la fallida Runner Runner, con Ben Affleck a sus órdenes. Infiltrado puede que sea su mejor película hasta la fecha; un absorbente drama policíaco que nos devuelve la precisión y el excelente pulso del cine americano en estas lides, con una historia que sobre el papel puede parecer archivista, pero que adopta un punto de vista tan fascinante como atractivo, marcando la diferencia con otros productos similares en que aquí se subraya el componente psicológico de quienes arriesgan su vida y las de sus familias para infiltrarse en organizaciones tan peligrosas y criminales como el entramado que dirigía nada más y nada menos que Pablo Escobar en Miami desde Colombia, utilizando para ello sólo la confianza como arma. En este sentido el trabajo del protagonista es imprescindible y Cranston lo borda, abarcando todos los registros posibles en una composición que exige dureza, compasión, miedo y un sinfín de matices diferentes, a todos los cuales Cranston llega con impresionante solvencia. Le acompañan un buen puñado de buenos secundarios, empezando por un violento y radical John Leguizamo, una bella y muy implicada Diane Kruger, y una pléyade de actores y actrices españolas, entre quienes destacan Elena Anaya, Rubén Ochandiano y Simón Andreu, todos perfectos en su papel. Destacar también el magnífico trabajo de Benjamin Bratt y Olympia Dukakis, la magnífica puesta en escena y un absorbente ascenso y caída en los infiernos salpicados de secuencias antológicas, desde el aniversario de boda en un restaurante a la trampa mortal final pasando por el atentado contra el confidente interpretado por Michael Paré mientras conduce. Todo lo cual contribuye a tejer un film apasionante en el que también tiene cabida la denuncia al gobierno americano que financiaba sus campañas bélicas y su industria armamentística con dinero negro proveniente del narcotráfico contra el que hipócritamente decía luchar.
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