USA 2016 102 min.
Dirección David Mackenzie Guión Taylor Sheridan Fotografía Giles Nuttgens Música Nick Cave y Warren Ellis Intérpretes Chris Pine, Ben Foster, Jeff Bridges, Gil Birmingham, Marin Ireland, John-Paul Howard, Kevin Wiggins, Katy Mixon, Dale Dickey Estreno en el Festival de Cannes 16 mayo 2016; en Estados Unidos 26 agosto 2016; en España 30 diciembre 2016
El realizador escocés David Mackenzie se ha ido labrando una filmografía sólida película a película, mejorando en cada peldaño. Tras el impactante drama carcelario Convicto protagonizado por Jack O'Connell, firma ahora su mejor película, un western contemporáneo protagonizado por perdedores que representan a un amplio sector de la población mundial, el que sucumbe y agoniza bajo ese nuevo poder económico reflejado en los bancos y las hipotecas, y que está convirtiendo a una buena parte de la población en perfectos desheredados de la tierra. Chris Pine (Star Trek) y Ben Foster (The Program, donde daba vida a Lance Armstrong) son dos hermanos que deciden salvar su herencia haciendo uso de un disparatado y peligrosísimo plan que les llevará a recorrer algunos lugares emblemáticos de la mítica Ruta 66, con lo que la cinta engrosa el ya nutrido grupo de películas que reflejan la estética e idiosincrasia de esa legendaria carretera que cruza Estados Unidos de lado a lado. La comanchería del título español e internacional, por una vez más acertado que el original El infierno o la marea alta, se refiere a esos otros desheredados de antaño, los indios comanches que sucumbieron a las armas de los colonos. Mientras tanto la aventura que corren estos dos hermanos antagónicos y sus perseguidores, un Jeff Bridges en magnífica forma interpretativa y un hermético pero muy efectivo Gil Birmingham, auténtico comanche de la película, sirve para ilustrar una vez más esa América profunda, la que habita esos pueblos casi desiertos y sumidos en la pobreza y el caos que nada tienen que ver con las grandes urbes con las que habitualmente identificamos el país de las oportunidades. Esa América tantas veces retratada por los Coen y que el guión de Taylor Sheridan (Sicario) puebla de personajes curiosos y algunos hasta esperpénticos, mientras dota al conjunto de cierta grandeza, especialmente en secuencias como la última, que hace desear asistir a lo que ha de venir y que ya queda fuera de la función, y eso a pesar de algunos detalles de la trama que no acaban de funcionar. Su espléndida y luminosa fotografía y la eficiente banda sonora de Nick Cave y Warren Ellis, salpicada de estupendos temas country, contribuyen a hacer de ésta una de las mejores cintas de la temporada, saludada de momento con tres nominaciones a los Globos de Oro.
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