USA 2016 113 min.
Dirección John Musker, Ron Clements, Don Hall y Chris Williams Guión Jared Bush, según una historia de John Musker, Ron Clements, Don Hall, Chris Williams, Pamela Ribon, Aaron Kandell y Jordan Kandell Música Mark Mancina, Opetaia Foa'i y Lin-Manuel Miranda Voces (en versión original) Auli'l Carvalho, Dwayne Johnson, Rachel House, Temuera Morrison, Jermaine Clement, Nicole Scherzinger, Alan Tudyk, Oscar Knightley Animación Estreno en Estados Unidos 23 noviembre 2016; en España 2 diciembre 2016
John Musker y Ron Clements son los responsables de la recuperación de Disney a finales de los ochenta, cuando la empresa llevaba un par de décadas sin producir ningún título memorable ni hacer caja como acostumbraban en épocas más prósperas. La sirenita obró el milagro, y a ella le siguieron en sus manos películas como Aladdin, Hércules o Tiana y el sapo, la última de la factoría realizada en animación tradicional. Con Vaiana (Moana es el título original, pero para no hacerla coincidir con la marca registrada de una estrella del cine porno italiano fallecida en los noventa del siglo pasado, aquí y en otros países de nuestro entorno le han cambiado el título) Clements y Musker se adentran por primera vez en la animación digital, y el atrevimiento les ha salido rentable artísticamente. Con un guión en solitario pero apoyado en el talento de varios colaboradores, Jared Bush ha articulado una festiva y colorista epopeya ambientada en la Polinesia de hace dos mil años, con creencias y costumbres novedosas y diferentes que mezclan épica con leyenda y dan como resultado un producto fresco y entretenido. Que la protagonista sea más heroína que nunca y apenas necesite de la ayuda del héroe de turno, en esta ocasión bastante caradura y socarrón, ya es un punto. El papel que desempeña la abuela, como representante de esa sabiduría popular muy enraizada en la fe y la esperanza, tiene también su gracia. El resto lo ponen una banda sonora chisposa, con canciones muy inspiradas, unos personajes secundarios divertidos, como el pollo de colores o el tatuaje conciencia, un ritmo trepidante y adecuado, con momentos hilarantes como el protagonizado por unos cocos piratas inspirándose en el último Mad Max, música incluida, y una buena y saludable dosis de imaginación que se apoya libremente en el todo vale de las leyendas de una tierra fascinante en la que la naturaleza se da la mano con el respeto y la tolerancia. Todo combinado y agitado da como resultado un espectáculo divertido, imaginativo y recomendable.
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