USA 2016 115 min.
Guión y dirección Tom Ford, según la novela de Austin Wright Fotografía Seamus McGarvey Música Abel Korzeniowski Intérpretes Amy Adams, Jake Gullenhaal, Michael Shannon, Aaron Taylor-Johnson, Isla Fisher, Ellie Bamber, Armie Hammer, Laura Linney, Michael Sheen, Jena Malone, Karl Glusman, Michael Aramayo Estreno en el Festival de Venecia 2 septiembre 2016; en Estados Unidos 23 noviembre 2016; en España 2 diciembre 2016
Paso firme del diseñador Tom Ford para lograr ser considerado un cineasta competente y que Un hombre soltero no quede en un caso aislado. Alguien ha definido con acierto a esta película como un cruce entre Douglas Sirk, Alfred Hitchcock y David Lynch, y no le falta razón en cuanto a los dos primeros, como melodrama elegante y sofisticado que es, a la vez que violento ejercicio de irrespirable suspense; sobra su comparación con el director de Terciopelo azul, con el que el estilo de Ford no guarda semejanza alguna, más allá de un arranque turbador, la secuencia que ilustra los títulos de crédito, rodada con estilo pero con un incómodo contenido que prologa toda la infeliz a la vez que considerablemente hermosa vacuidad que rodea a la protagonista. Víctima de la imagen y de los cánones impuestos, el personaje magistralmente compuesto por Amy Adams vive una inexplicable experiencia mientras lee el borrador de la última novela de su ex marido. Los recuerdos del pasado conviven con la desgarradora narración que la protagonista vive como un despertar a su propia conciencia, mientras su triste pero lujosa existencia constituye el tercer nivel narrativo de esta inquietante película. Ford maneja extraordinariamente los tiempos y ritmos para conseguir enganchar al espectador, incapaz de asimilar toda la virulencia del libro, pero sí de identificarse con la protagonista en su desazón y tender un puente de comprensión hacia el marido despreciado. Su elegante puesta en escena, invadida de iconos culturales y artísticos, se erige como otro personaje más en un film imponente y preciso en todos sus detalles, incluida una hermosa banda sonora de Abel Korzeniowski y un elenco de lujo del que el realizador saca muy buen partido, desde un sensacional Michael Shannon a una excepcional Laura Linney travestida en Glenn Close. Por cierto, siempre he creído que Amy Adams e Isla Fisher se parecen mucho físicamente, quizás no por casualidad la segunda interpreta a la esposa del personaje central del libro que lee la segunda, constituyéndose así en un alter ego de ella misma, como de hecho lo es el Gyllenhaal de la novela frente al que encarna al ex marido despechado. Pero además la cinta constituye un inteligente ensayo sobre el proceso creativo; en cierto momento ella le reprocha a él que sólo sepa escribir sobre sus propias experiencias, a lo que él responde que así suele ser en la mayoría de los escritores. En cierto modo Animales nocturnos, su dramática novela, es un análisis de su propio estado de ánimo, o al menos así parece entenderlo ella mientras se encamina a un futuro sin remisión ni esperanza. Logró el Gran Premio del Jurado en el Festival de Venecia.
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