El trombonista José Manuel Barquero |
Una versión vigorosa del Aleluya de El Mesías, en un estilo respetuoso y acertado, abrió el concierto, seguido de una pieza también de ciertos tintes barrocos, esta vez al estilo fugado de Bach, compuesta por el músico, poeta e inventor de instrumentos Louis Hardin, más conocido como Moondog o El vikingo de la Sexta Avenida, por su indumentaria y su condición de presunto indigente. José Manuel Barquero sustituyó, con pleno dominio de la respiración y amplio registro, a la soprano en las difíciles agilidades del Aria de la Reina de la Noche de La flauta mágica. La lírica americana estuvo presente a través de sus dos títulos más emblemáticos, West Side Story de Bersntein y Porgy and Bess de Gershwin. Los temas más populares de la ópera negra por antonomasia se ofrecieron en forma de suite, con especial mención para Nuria Leyva y su particular Summertime, mientras en la pieza de Bernstein destacó una impecable America y un sentido Somewhere que Rizo entonó con proverbial confianza.
Las agilidades eminentemente jazzísticas brillaron menos en este repertorio, a pesar de lo cual las armonías de Maria de Bernstein cumplieron el objetivo de emocionar considerablemente. El foxtrot del comediante afroamericano Bert Williams, That’s a Plenty, lució vibrante y divertido, mientras del arreglista Paul Chauvin se ofreció su Montaje para Big Band nº 1, en lugar del nº 2 programado, incluyendo versiones competentes y muy rítmicas de In the Mood, I’m Getting Sentimental Over You o Sentimental Journey, con el que Denis Konir se atrevió incluso a cantar.
Artículo publicado en El Correo de Andalucía
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