España-Reino Unido 2017 115 min.
Guión y dirección Isabel Coixet, según la novela de Penelope Fitzgerald Fotografía Jean-Claude Larrieu Música Alfonso de Vilallonga Intérpretes Emily Mortimer, Bill Nighy, Patricia Clarkson, Honor Kneafrey, James Lance, Harvey Bennett, Michael Fitzgerald, Jorge Suquet, Hunter Tremayne, Frances Barber, Nigel O’Neill, Charlotte Vega Estreno en el Festival de Valladolid 21 octubre 2017; en salas 10 noviembre 2017
Cuando vemos películas tan delicadas y exquisitas como ésta, sentimos la necesidad de escribir sobre ellas en el mismo tono, y alcanzar al menos su misma amabilidad. Pero la inspiración es algo que no siempre acompaña, y frecuentemente no logramos alcanzar nuestro objetivo. Quien sí parece haber tenido inspiración suficiente a la hora de contarnos esta sencilla historia y contagiarnos con su amor a la vida y a los libros es su directora, la catalana Isabel Coixet. Siendo un lastre de nuestro cine basarse tanto en la palabra y tan poco en la imagen, Coixet es sin embargo una de las realizadoras españolas que mejor justifica el empleo de la palabra en su cine, dotándola de una fuerza considerable y sometiéndola al centro de su discurso, ya sea hablada (Mi vida sin mí, Cosas que nunca te dije, Aprendiendo a conducir) o escrita (La vida secreta de las palabras, A los que aman). Y para demostrar que puede también prescindir de ella y confiarse más a la imagen, ahí están películas como Mapa de los sonidos de Tokio o Nadie quiere la noche. Pero si hay una cinta que mejor exhibe su amor por la palabra escrita, esa es sin duda La librería, una emotiva, delicada y preciosa cinta sobre el amor a los libros, con ejemplos significativos como Fahrenheit 451 de Bradbury o Lolita de Nabokov, la compañía que dan y la belleza que reside en ellos, como objetos y contenedores de historias y sabiduría. Se pueden compartir o no estas consideraciones, pero lo que no se puede discutir es que el trabajo de Coixet, basado en el previo de la autora de la novela en el que se basa, Penelope Fitzgerald, transmite esa admiración, ese amor y ese deleite por la lectura. Pero no es sólo una película bien hecha y bien contada, estupendamente interpretada, ambientada y hasta ilustrada musicalmente, sino que nos habla desde el corazón de muchas cosas, fundamentalmente de perseguir nuestros sueños, ser dueños y dueñas de nosotros y nosotras mismas, vivir en comunión con nuestro entorno y de forma coherente con él, sin dañarlo ni perturbarlo, superando los obstáculos que se nos presentan. Todo ello desde una óptica eminentemente femenina, no necesariamente feminista, dejando constancia de una época, unas reivindicaciones y la necesidad de superar baches e imposturas. Y como no hay buena ficción sin malos evidentes, la protagonista de la función tiene su rival pérfida y mezquina, un retrato de ese poder siempre manipulador que en última instancia genera la infelicidad y frustración a la que parece abocada gran parte de la desdichada humanidad.
I loved your review of The Bookshop. Congratulations. It makes justice to the film.
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