Dirección Jason Reitman Guión Diablo Cody Fotografía Eric Steelberg Música Rob Simonsen Intérpretes Charlize Theron, Mackenzie Davis, Mark Duplass, Gameela Wright, Ron Livingston, Elaine Tan, Lia Frankland, Asher Miles Fallica Estreno en Festival de Sundance 23 enero 2018; en Estados Unidos 4 mayo 2018; en España 22 junio 2018
El hijo de Ivan Reitman (El pelotón chiflado, Los cazafantasmas) obtuvo un gran éxito hace unos años con Juno, cuyo guión le sirvió la oscarizada Diablo Cody. Ambos volvieron a trabajar juntos en Young Adult, un fracaso artístico y comercial protagonizado por Charlize Theron; y los tres prueban de nuevo el éxito con esta discutible tragicomedia sobre las miserias de la maternidad. Una mujer que repite los sempiternos clichés de madre sacrificada y frustrada por no haber logrado sus metas y no haber vivido la vida que supuestamente hubiera querido disfrutar, se ve superada por un hijo hiperactivo y con más de un problema psicológico que perjudican su adaptación social y favorecen el fracaso escolar. La llegada de una nueva niña la desborda todavía más y malogra un físico que se percibe fue esplendoroso, como no podía ser menos tratándose de Charlize Theron. Todo eso cambiará con la llegada de una niñera desinhibida, moderna, eficiente e ingeniosa que se convertirá también en su mejor amiga y la mejor terapia para superar un evidente trauma post parto. No están mal las protagonistas, no están mal los diálogos, chirría el papel secundario e intrascendente del marido, y entretienen las vicisitudes a las que se enfrenta esta sufrida y sufriente madre de familia y distraída ama de casa. Pero son las soluciones que la supuestamente rebelde guionista americana da a la trama las que hacen naufragar la empresa, cuando muy avanzado el metraje acabamos sintiendo la sensación de que nos vuelven a tomar el pelo, como acaba también de hacer Polanski y sus íntimas protagonistas de Basada en hechos reales. Lo peor es que no hacía falta golpe de efecto alguno para llevar a buen fin este tratado sobre la fatiga y el sacrificio de una buena madre sometida a unas convenciones morales y sociales que le sobrepasan y amargan su existencia. Reitman, que nos encantó con su última película, Mujeres, hombres y niños, donde exploraba los riesgos de las redes sociales con los adolescentes y su influencia en la familia, y que sin embargo fue ninguneada por taquilla y crítica, resbala en esta malograda crónica que podría haber dado más de sí con un poco más de ingenio y mayor grado de confianza e implicación en un producto que no necesitaba de adornos mágicos superfluos y engañosos.
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