Nacho Rodríguez al frente de Los Afectos Diversos, incluidas voces e instrumentos que no participaron en este particular concierto |
El inabarcable catálogo de cantatas bachianas apenas ha conocido registros completos a lo largo de la historia de la fonografía, y acercarse a ellas supone siempre un reto que exige mucha experiencia y preparación, además de una formación exquisita que permita apreciar todos los resortes musicales y expresivos que Bach desplegaba en ellas, que no por ser numerosas dejaban de estar primorosamente edificadas. Nacho Rodríguez, al frente de Los Afectos Diversos, optó por ofrecerlas con un conjunto sólido y responsable en el que las voces solistas surgen del propio coro, con resultados muy gratificantes, mientras el malagueño Daniel Pinteño aportó con su conjunto Concerto 1700 la calidez y la elegancia no exenta de trascendencia que exigen estas páginas memorables e irrepetibles. Conviene tener en cuenta la dificultad que entrañan estas obras si se quiere ofrecer una versión digna de ellas, y la poca experiencia que al respecto tenemos en nuestro país, todo lo cual potencia la relevancia que tuvo esta particular revisión del universo del compositor alemán, y que se benefició además de la espléndida acústica del Espacio Turina, tal como destacó el propio Nacho Rodríguez.
Entre las voces sería justo destacar la del contratenor Jorge Enrique García, que ya de entrada en el segundo verso de la cantata Christ lag in Todes Banden en torno al duelo entre la vida y la muerte, pensada para el Lunes de Pascua, emprendió la línea que habría de seguir la buena marcha del recital; la soprano Armelle Moran exhibió una dulcísima y delicada voz en el aria de Gleichwie der Regen und Schnee von Himmel fällt, de tono evangélico concebida para la Sexagésima (segundo domingo antes del Miércoles de Ceniza); la voz potente, autoritaria y bien entonada del bajo Jesús García Aréjula en sus generosas intervenciones en la primera de las cantatas y en el airoso de Aus der Tiefe rufe ich, Herr, zu dir, que Bach compuso como plegaria de redención para el quinto domingo tras la Trinidad. También destacó la voz bien timbrada y de amplio registro del tenor Diego Blázquez, y sobre todo la perfecta conjunción armónica y contrapuntística de un coro entregado a dar lo mejor de sí, con la ayuda inestimable del conjunto instrumental, al que se incorporó el tono firme y equilibrado del oboísta Jacobo Díaz en la tercera cantata y el reprise del coral final de la BWV 4, que el conjunto abordó como el resto del programa, con delicadeza y mucha atención al matiz y el, ¿cómo no?, afecto.
Artículo publicado en El Correo de Andalucía
Daniel Pinteño a la izquierda, junto a algunos de los y las integrantes que participaron en el concierto, como Ester Domningo al violonchelo, Pablo Zapico a la tiorba y Jacobo Díaz al oboe |
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