martes, 28 de mayo de 2019

LOS METALES PRECIOSOS DE LA BIG BAND DEL MANUEL CASTILLO

Concierto extraordinario de Juventudes Musicales de Sevilla. Big Band del Conservatorio Superior de Música Manuel Castillo de Sevilla. Leandro Perpiñán, director. Programa: Temas de Bob Mintzer, Count Basie, Duke Ellington, Dizzy Gillespie y Leandro Perpiñán. Teatro de la Fundación Cajasol, lunes 27 de mayo de 2019


A propósito del estreno hace unas semanas de Mula, la última película dirigida y protagonizada por Clint Eastwood, estoy repasando la filmografía completa de este clásico moderno del cine americano. Gran melómano, compositor de muchas de las bandas sonoras de sus películas y digno pianista, su pasión por el jazz es bien conocido, inmortalizado incluso en un disco imprescindible de finales del siglo pasado, After Hours, en el que comparte escenario del Carnegie Hall de Nueva York con su propio hijo Kyle y un puñado de extraordinarios músicos repasando en clave de jazz algunos de los éxitos incluidos en su filmografía, propios y ajenos. En ese paseo por su cine le ha tocado recientemente el turno a Bird, la película que lo consagró definitivamente como gran cineasta. En esta cinta de 1988 contaba la historia del legendario saxofonista Charlie Parker, amigo íntimo del trompetista Dizzy Gillespie, y sus lamentables coqueteos con las drogas. Y surge justo ahora la oportunidad de acercarnos al estilo de big band tan característico de la música popular americana, principalmente de los años cuarenta, cincuenta y sesenta del pasado siglo, de la mano de un estupendo conjunto surgido de las aulas del Conservatorio Manuel Castillo.
 
Juventudes Musicales, en una excepción a su programación generalmente clásica, y justo antes de embarcarse en su tradicional Festival de Primavera en el Salón de Carteles de la Maestranza, brindó a esta Big Band la oportunidad de exhibir ante un público menos numeroso del que merecían, los logros alcanzados en estos años de preparación y estudio. Al frente de un nutrido grupo de jóvenes talentos estuvo Leandro Perpiñán, profesor valenciano con una amplia experiencia en el jazz, en vivo y en disco. El maestro exhibió entusiasmo y un profundo orgullo ante sus alumnos, sobre los que bromeó continuamente acerca de la nota que merecían ahora que se acerca el fin de curso. Como aficionados y cultivadores del género desde nuestra tierna infancia, le ayudamos sugiriendo un merecido sobresaliente para prácticamente la totalidad de la plantilla, ante los muy satisfactorios resultados alcanzados.
 
El toque Mancini
 

Adriana Calvo
Perpiñán confeccionó un programa centrado en el estilo que hizo célebre a este tipo de formaciones fundamentalmente a finales de los cincuenta y principios de los sesenta, y aunque no seleccionó ningún tema de Henry Mancini, el popularísimo compositor flotó sobre el ambiente a través de la música de legendarios del jazz como Count Basie y Duke Ellington. Temas cortos, casi todos a ritmo de fox trot moderadamente rítmico y adecuadamente elegante, en manos de un conjunto que mantuvo una línea clásica y ordenada, con fraseos claros y juegos armónicos perfectamente recreados para lograr ese perfecto estilo americano tan identificable y gratificante, en la línea de los grandes de la época, desde el propio Mancini a Neal Hefti pasando por Billy May o Nelson Riddle.
 
El conjunto arrancó interpretando con oficio y mucha elegancia un par de composiciones de Bob Mintzer, líder de esos Yellowjackets que han visitado nuestra ciudad en varias ocasiones. Count Basie, uno de los míticos jazzistas de los cuarenta junto a Artie Shaw o Glenn Miller, protagonizó un segundo bloque con títulos como Spankly y Shiny Stockings, mientras Perpiñán ofreció su particular homenaje a Duke Ellington con composiciones propias en las que se podía adivinar la melodía del precioso Isfahan o el BIDCM que hace referencia al Boston Medical Center, original del también mítico pianista Billy Strayhorn.
 

En los solos brillaron el saxo alto de Adriana Calvo, muy meticulosa y aplicada, y el fraseo ágil y enérgico de Ignacio Botonero al tenor. Pero fue Alicia Camiña quien nos sorprendió con un sensacional solo al saxo barítono, elegantemente fraseado y con un dominio perfecto de la armonía en una estupenda recreación del Sophisticated Lady de Ellington. Fenomenal también la base rítmica del conjunto, guitarra, piano, batería y bajo, así como el resto de sus metales, sin duda preciosos a oídos incluso de los más exigentes. El concierto se cerró a ritmo de bebop en perfecto estilo, con un trepidante tema de Gillespie. Lástima que apenas durara una hora con los simpáticos comentarios de Perpiñán incluidos, y que no tuvieran más repertorio preparado, ni siquiera para la reclamada propina, aunque prometen más para una próxima cita el 4 de junio en las Noches del Carmen del propio Conservatorio.
 
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

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