Alemania-Reino Unido-USA 2021 109 min.
Dirección Mike P. Nelson Guion Alan B. McElroy Fotografía Nick Junkersfield Música Stephen Lukach Intérpretes Charlotte Vega, Matthew Modine, Adain Bradley, Bill Sage, Dylan McTee, Emma Dumont, Adrian Favela, Vardaan Arora, Daisy Head, Rhyan Elizabeth Hanavan, Amy Warner Estreno en Estados Unidos 26 enero 2021; en España 23 julio 2021
Clasificada como reboot en lugar de remake, seguramente porque su autor, Alan B. McElroy, intenta ahora limar todas las imperfecciones que tenía el original de hace diecisiete años y relanzar su historia procurando darle más sustancia y enjundia al conjunto, Wrong Turn aspira con éxito a renovar el tan denostado género de terror y hallar en su fórmula un sinfín de referentes sociales y generacionales que harían las delicias de psicólogos y sociólogos de todas las especies.
Alineándose con directores como Ari Aster (Midsommar, Hereditary) o Gerard Bush y Christopher Renz (Antebellum), siguiendo la estela dejada por M. Night Shyamalan en sus primeros y celebrados títulos, Mike P. Nelson mejora con creces a Rob Schmidt, el realizador de Km 666: Desvío al infierno, combinando elementos de terror clásico con otros que catalizan nuestras peores pesadillas y forman parte de nuestra rutina diaria. A lo largo de casi dos horas de metraje, nos sumergimos en una vorágine de terror y disgusto que nos hace pasar tan mal rato como generar en nuestra mente infinidad de explicaciones y paralelismos entre lo que vemos en pantalla y la raíz de la naturaleza humana, de forma que seamos incapaces de calibrar quién es verdugo y quién víctima en este circo de sangre y vísceras que a su vez hará las delicias de la gente aficionada al gore y la inquietud más insoportable.
Para eso no solo debe funcionar un libreto notablemente mejorado respecto al original, sino una realización firme e inteligente y unas interpretaciones convincentes y convencidas, como son capaces de ofrecer la joven Charlotte Vega, paradigma de la raza aria y fuerte, lo que quizás aporta a la función cierto aire fascista que sin embargo no ensombrece sus méritos, a la vez que de mujer decidida e impertérrita. A su lado renace Matthew Modine, tras mucho tiempo ausente de la gran pantalla, y un elenco de jóvenes y no tanto, espeluznante la aportación de Bill Sage y su voz profunda y amenazadora, que logran entre todos y todas, en lo que se revela un trabajo en equipo de primera clase, un film inquietante y posiblemente inolvidable, una gema en el habitualmente paupérrimo panorama del cine de terror moderno, anclado en fórmulas trilladas de la que ésta parece en un principio estar formando parte hasta que las sorpresas que se suceden nos hacen convencernos de lo contrario.
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