Reino Unido-USA 2020 102 min.
Guion y dirección John Patrick Shanley, según su obra “Outside Mullingar” Fotografía Stephen Goldblatt Música Amelia Warner Intérpretes Emily Blunt, Jamie Dornan, Christopher Walken, Jon Hamm, Barry McGovern, Dearbhla Molloy, Don Wycherley, Clare Barrett, Danagh O’Kane, Abigail Coburn, Lydia McGuinness, Danielle Ryan, Jon Tenney Estreno en Estados Unidos 11 diciembre 2020; en España 16 julio 2021
Efectivamente esta comedia romántica, o deberíamos llamarla mejor fábula romántica, gira en torno a una canción irlandesa, ese Tomillo silvestre de montaña al que se refiere el título original de la película, que nos habla de las bondades de la tierra irlandesa y su gente, siempre tan admiradas por los cineastas americanos. Pero aunque no le vamos a negar sus méritos, John Patrick Shanley no es John Ford y no logra captar ese espíritu mágico que siempre le han endiñado a esa húmeda, verde y frondosa tierra. El oscarizado autor del guion de Hechizo de luna, y director de las notables Joe contra el volcán y La duda, esta también basada en una obra suya, como la presente, pone todo su empeño en mostrar la clásica cabezonería irlandesa a través de una poco creíble historia de amor a lo largo de los años.
Nada más y nada menos que casi cuarenta esperan sus granjeros protagonistas para declararse amor y consolidar lo que el espectador sabe desde el minuto cero. Claro que si aceptamos que el personaje de Jamie Dornan, siempre asociado al Christian Grey de 50 sombras, es una especie de autista, podremos aceptar su rocambolesca trama. De cualquier modo ese asunto romántico se torna secundario y prescindible cuando ante nuestros ojos disfrutamos de tan maravillosos parajes, y unos personajes estilosos y de diseño tan alejados de lo que entendemos por la vida en el campo, su dureza y falta absoluta de glamour, algo que todos y todas las intérpretes de este extraño film derrochan. Puede también servirnos como un regreso a la vida sencilla, a las cosas que nos rodean y nos alejan de la vida en sociedad, cada vez más complicada y decepcionante, más cuando decisiones políticas y judiciales marcan tanto nuestro ánimo y nuestra esperanza.
Cuanto más lejos del mundanal ruido mejor, y si es recuperando hechuras de un cine pretérito y perdido, y estamos pensando en películas amables y sentimentales como En el estanque dorado, más bienvenido sea. La música cuenta también con un especial protagonismo en esta delicada película que nunca llega a ser empalagosa, demostrando una vez más las dotes canoras de Emily Blunt, como ya hiciera en El regreso de Mary Poppins.
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