Suecia-Dinamarca 2023 145 min.
Dirección Mikael Hafström Guion Nora Landsrod y Erlend Loe Fotografía Pär M. Ekberg Música Steffen Thum Intérpretes Sophie Cookson, Claes Bang, Alba August, Emily Beecham, Mikkel Boe Folsgaard, Jakob Oftebro, Ulrich Thomsen, Thomas Chaanhing, Wilf Scolding, Adam Pálsson, Kate Ashfield Estreno en Suecia y Dinamarca 18 enero 2024; en España 16 mayo 2025
Mikael Hafström alterna sus películas suecas con las estadounidenses. Antes de realizar esta película, su producción más ambiciosa hasta el momento, trabajó con Clive Owen y Jennifer Aniston en Sin control, con John Cusack en 1408 y Shanghai, con Anthony Hopkins en El rito y con Stallone y Schwarzenegger en Plan de escape. Sorprende las malas críticas que ha cosechado este fresco histórico sui generis, realizado a la manera de Guy Ritchie pero con más gracia y mucho más desparpajo. Es como si nos enseñaran Historia de forma muy amena y divertida. Ya desde el principio, con unos rótulos que evidencian su voluntad rompedora y contemporánea, se avisa que la mayoría de lo narrado es real, luego cabe introducir personajes y licencias variadas, como el hecho de que sus protagonistas sean mujeres aguerridas, fuertes y decididas, ya sean las dos hermanas que buscan venganza, o la reina que lucha por su país, a quien presta físico una divertida y sarcástica Emily Beecham, presente también en la siguiente película de Hafström, de nuevo en Hollywood, Destino: Titán.
Rodada en inglés, con intérpretes británicos y daneses en su mayoría, la película narra en dos horas y media (reducida a dos en su estreno español) el sangriento episodio protagonizado por el Rey Cristián el Tirano de Dinamarca en el asedio a la capital sueca en su afán de reunificar los países escandinavos. Un episodio que el director sueco convierte en una enérgica y movidita cinta de acción y aventuras con un toque de comedia, imprescindible para que toda la violencia y la sangre derramada resulte menos perturbadora y más digerible. También hay hueco para los momentos de tensión tratados con sentido del drama y la intriga.
Una puesta en escena suntuosa, estupendos efectos visuales, una esmerada banda sonora y un elenco a la altura de la precisión que exhibe el conjunto, logran que la cinta se disfrute a un nivel al menos superficial. Si embargo, cabe también hacerle una lectura política, sobre cómo la historia nos hace olvidar antiguas rencillas, cómo las religiones nacieron para controlarnos y se siguen justificando guerras y atrocidades en nombre de un supuesto Dios, el que sea. También sobre cómo el ansia de poder, la ambición desmedida y el deseo de ocupar territorios sigue siendo hoy, seiscientos años después, una motivación frecuente para quienes desprecian la Historia y la humanidad y el planeta en general.
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