viernes, 10 de febrero de 2023

BURT BACHARACH: LA SENSUAL MIRADA DEL AMOR

No podíamos pasar por alto el fallecimiento antes de ayer de Burt Bacharach, justamente el mismo día en el que John Williams, que hoy estrena en nuestros cines su nuevo y parece que penúltimo trabajo, Los Fabelman, cumplía noventa y uno. Bacharach ha muerto con tres años más y nos ha dejado un legado de cientos de irrepetibles canciones que han acompañado las vidas de varias generaciones y gente de todos los tipos en todo el mundo. Precisamente con ese título (cuando los de las canciones también se traducían en España) descubrí a Bacharach en la primera mitad de la década de los setenta del pasado siglo. Fue gracias a mi hermana mayor, que compró el single que en nuestro país incluía en su cara B la versión instrumental de Gotas de lluvia sobre mi cabeza. Pero aquí el compositor saltó a la fama unos años antes, cuando Aretha Franklin inmortalizó Rezo una pequeña oración, un tema lanzado inicialmente por Dionne Warwick, que en los sesenta fue la musa de Bacharach y su habitual letrista, Hal David, que también trabajó mucho, pero no tanto, con John Barry. Otra de sus letristas fue también una de sus cuatro esposas, Carole Bayer Sager, que escribió la letra de las preciosas Making Love que Roberta Flack cantaba en la película Su otro amor, y That's What Friends Are For, que reunió a Elton John, Stevie Wonder y Gladys Knight con Warwick, aunque fue compuesta para Rod Stewart y la película de Ron Howard Turno de noche.

Mi pasión por el cine me fue descubriendo al desaparecido músico. Su elegancia y sus exquisitas melodías me conquistaron a través de la quincena de películas a las que aportó su talento, entre las que destacan ¿Qué tal, Pussycat?, Dos hombres y un destino y Arthur, el soltero de oro. Pero fue gracias a un pase televisivo de Casino Royale que descubrí la que desde entonces es mi canción favorita, The Look of Love (La mirada del amor), que en la versión doblada sonaba en italiano, en lo que durante mucho tiempo me parecía la voz de Rita Pavone y sin embargo resultó ser la de Mireille Mathieu. Más de cuarenta versiones atesoro de ese tema, desde la original de Dusty Springfield a la que catapultó a la fama a Diana Krall, sin olvidar la de Dionne Warwick, que apenas desaprovechaba en aquella década de los sesenta la oportunidad de cantar los temas de Bacharach y David. Su sensualidad y su elegancia me arrebataron el corazón, y por eso hoy no puedo dejar de rezar esta pequeña oración por la merecida inmortalidad de quien nos ha dejado afortunadamente tras vivir una intensa y maravillosa vida, y evitarnos prescindir de trabajos futuros al estar ya en inactivo desde hace tiempo.

Sin embargo, gozó de un extraordinario revival cuando compuso la canción God Give Me Strength para la película Grace of My Heart en 1996. Elvis Costello la entonó y a partir de ahí dedicó dos álbumes a nuevas canciones de Bacharach. Mike Myers participó también de esa recuperación en sus películas sobre el estrafalario detective Austin Powers, donde para recrear esa extraordinaria y psicodélica década no dudó en echar mano de sus más famosas canciones , como No me volveré a enamorar, Lo que el mundo necesita es amor, Alfie y esa Mirada del amor ya aludida. Y es que aunque americano, Bacharach siempre gozó de un especial y quizás mayor reconocimiento en el Reino Unido. Un concierto en la Casa Blanca hace algo más de una década, con los Obama como anfitriones y un sinfín de estrellas entonando sus canciones, fue una de sus últimas hazañas y satisfacciones, también para quienes adoramos su música.

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