miércoles, 22 de febrero de 2023

CAZORLA Y TOSCANO, PERFECTAMENTE COMBINADOS

Alternativas de cámara en colaboración con Juventudes Musicales de Sevilla. Cristina Cazorla, baile; Álvaro Toscano, guitarra. Programa: Recuerdos de la Alhambra, Capricho árabe y Rosita, de Francisco Tárrega; Españoleta y Canarios, de Gaspar Sanz; Bolero, de Julián Arcas; Malagueña y El Albaicín, de Isaac Albéniz; Innovación y danza, de Joaquín Rodrigo; Ojos vedes, de Manuel Quiroga. Sala Manuel García del Teatro de la Maestranza, martes 21 de febrero de 2023

Foto: Guillermo Mendo

Prosigue la feliz colaboración de Juventudes Musicales de Sevilla con el Teatro de la Maestranza, encargándose un año más del ciclo de música de cámara centrado en jóvenes valores, como lo son la polifacética bailarina madrileña Cristina Cazorla y el multipremiado guitarrista cordobés Álvaro Toscano. Esta vez se trató de una propuesta diferente y original, combinando la música de cámara, habitual caballo de batalla de la institución hispalense, con la danza. Partiendo del Conservatorio Profesional de Danza Mariemma, un referente de la Escuela Bolera Española en el que se ha licenciado la joven bailarina y coreógrafa, el espectáculo pretende hacer un recorrido lo suficientemente ameno y exhaustivo por la evolución de este baile típicamente español, enraizado en los bailes cortesanos europeos del siglo XVII, combinados con los bailes populares españoles y progresando hacia el flamenco, muchos de cuyos pasos están directamente influidos por esta singular escuela. Una danza que está íntimamente relacionada con el nacionalismo decimonónico, mezclándose con los bailes andaluces y enriqueciéndose con el flamenco. El proyecto, concebido para pequeños espacios, se presentó con éxito en el más amplio de la Sala Manuel García
.

Con todas estas premisas, hay que reconocer el meritorio trabajo de ambos artistas y su entusiasmo tan bien reflejado, aunque su carácter didáctico se vio ensombrecido por el más lúdico de mero entretenimiento, desdibujándose esa evolución y progreso aludidos en favor de una demostración limpia y lúcida del baile de Cazorla sobre una base de clásicos populares imperecederos de la guitarra española, de los que Toscano extrajo todo un arsenal de emociones gracias a su toque inteligente, sensible y delicado. Así, pudimos disfrutar con una interpretación pausada y muy paladeada del imprescindible Recuerdos de la Alhambra, que prosiguió con un Capricho árabe también de Tárrega, de idéntico espíritu limpio y contenido, a la vez que ella se marcaba unos delicados pasos ataviada con reminiscencias goyescas. Tras una más rítmica Rosita del compositor levantino, hubo un brusco paso atrás en el tiempo con una muy contenida Españoleta seguida de unos idiomáticos y estupendamente articulados Canarios de Gaspar Sanz que la joven acompañó primorosamente a las castañuelas, con saltos, vueltas y complicados trabajos de pie de un gran barroquismo, perfectamente reconocibles para quienes estamos familiarizados con las sevillanas boleras.

Foto: Tomás Payés

El ritmo estuvo también muy presente en el Bolero del tardorromántico Julián Arcas. Pero donde el arte de Toscano brilló con más intensidad fue en una muy meditada Innovación y Danza de Joaquín Rodrigo, que el joven guitarrista saboreó hasta sus últimas consecuencias, y que sirvió de puente a una selección de Albéniz de la que se ofrecieron sus transcripciones para guitarra, alegando a nuestro juicio equivocadamente, que el compositor catalán las habría concebido para el instrumento español en lugar del piano con el que se convirtieron en las páginas más celebradas y universales del instrumento de nuestro país. Ciertamente Toscano supo indagar en la sensibilidad de la Malagueña de España: Seis hojas de álbum, y la enorme expresividad y el notable misterio de El Albaicín de la Suite Iberia, acompañado por el baile perfectamente acompasado de Cazorla, que empleó en ello unas considerables dosis de gracia y elegancia, añadidas a la complejidad del baile y el enriquecimiento a las castañuelas. La copla protagonizó el último bloque de la función, con Ojos verdes de Manuel Quiroga y, fuera de programa, La zarzamora, también del compositor gallego, que sirvió como emocionado recuerdo a aquella Lola Flores que lo integró en su mítico espectáculo Zambra, justo cuando se cumple el centenario de su nacimiento. El compromiso de estos dos artistas perfectamente compenetrados se completó con las meritorias improvisaciones que regalaron al entusiasmado público como segunda propina.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

No hay comentarios:

Publicar un comentario