USA 2012 97 min.
Guión y dirección Josh Radnor Fotografía Seamus Tierney Música Ben Toth Intérpretes Josh Radnor, Elizabeth Olsen, Richard Jenkins, Allison Janney, Elizabeth Reaser, John Magaro, Zac Efron Estreno en España 15 marzo 2013
La nueva comedia romántica del director y protagonista de Happythankyoumoreplease comienza con una cita bíblica que viene a decir algo así como que el cultivo del conocimiento provoca que nuestro dolor sea más intenso. Lo que sigue parece empeñarse en demostrar si no lo contrario, sí el antídoto a tan terrible sentencia. Disfrutar del arte, de la literatura, de la música, pueden ser paliativos al sufrimiento que por definición acarrea la vida. Quizás sea más apropiado aceptar que cuanta más cultura absorbemos más propensos seamos a cuestionarlo todo, a darle más vueltas a las cosas y acabar sufriendo por ellas, pero sin duda en igualdad de dolor todas las personas sufrimos igual, mientras que el conocimiento y saber disfrutar de él nos puede propiciar que lo sobrellevemos mejor. En uno de esos campus universitarios americanos, dominados por la armonía y la reflexión (algo así debieron ser las antiguas escuelas griegas). que de tanto frecuentarlos en el cine parece que todos y todas hayamos pasado por alguno, en los que la primavera cobra una dimensión especial, casi sobrenatural, un antiguo alumno ahora profesor conoce a una joven universitaria. Ella, Elizabeth Olsen, irradia magnetismo y la hemos visto en Martha Marcy May Marlene y en Luces rojas. La diferencia de edad se convertirá en pretexto para que el intelectual se cuestione cosas que irán haciéndole madurar. Ilusionarse con alguien, compartir con ella cosas especiales (Beethoven, Vivaldi, Wagner o Massenet forman una parte importante de esa comunión) y escribirse cartas de amor en plena era de Internet, SMS y Facebook, hace que podamos sentirnos acariciados por alguien, que creamos que ese alguien merece toda nuestra atención y que puede ser una oportunidad que no debamos dejar pasar. Lástima que sobre el corazón no manda el cerebro, por cultivado que esté, y al final las cosas sean más naturales y menos planeadas de lo que pensamos. En el camino encontraremos gente que nos enseñará y enriquecerá en ese proceso de encuentro íntimo con nosotros mismos, maduración y proceso para alcanzar si no la felicidad sí lo más parecido a ella. Aquí tienen forma de profesor indeciso con su jubilación, profesora brillante en sus elucubraciones sobre literatura romántica pero descreída en su práctica, alumno marginado y atormentado o joven melancólicamente hippy tan colgado como entrañable, éste último incorporado por un Zac Efron que parece seguir los pasos de un, por ejemplo, Paul Newman.
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