Guión y dirección Harmony Korine Fotografía Benoît Debie Música Cliff Martínez y Skrillex Intérpretes James Franco, Selena Gómez, Vanessa Hudgens, Ashley Benson, Rachel Korine, Heather Morris, Ashley Lendzian Estreno en España 15 marzo 2013
Spring Break (Descanso de primavera) es la denominación que actualmente se da a las vacaciones estudiantiles de Semana Santa en Estados Unidos, un acontecimiento cada vez más de moda gracias a la inestimable ayuda de la MTV, cuya estética imita descaradamente esta película que ya se reivindica desde amplios sectores críticos como cinta de culto. El fenómeno se ha extendido por la costa este del país como una plaga, hasta el punto de que incluso ha tenido que ser prohibido, de forma que cada vez son más los batallones de jóvenes desmadrados que emigran a México en esa época para escenificar sus orgías de sexo, alcohol y drogas. Porque en eso consiste este paraíso que se han creado estos pobres niños ricos, ávidos de experiencias fuertes porque la vida no parece darles suficientes motivos para celebrarla. Curtido en cine basura, explícitamente desagradable como atestiguan sus trabajos como guionista en Kids y Ken Park, ambas de Larry Clark (¿se acuerda alguien ya de este señor?), o como director en cintas como Gunmo o Mr. Lonely, Harmony Korine (aunque su cine tenga poco de armonioso), pretende (y mucho porque la cinta es un rato pretenciosa) fijar su mirada en este desagradable y apocalíptico fenómeno para aparentemente hacer sólo crónica del mismo; pero va más allá y lo utiliza como punto de partida para que cuatro lolitas (una de ellas la esposa del propio director, su propia lolita a juzgar por la diferencia de edad) derraben en sus scooters semi desnudas (desnudas en ningún momento, que ya se sabe que en eso los americanos son muy puritanos, aunque en propuestas escabrosas y violentas no haya quien les gane) por las calles de una ciudad costera inundada de descerebrados, después de probar suerte como delincuentes hiperviolentas y antes de acabar como ángeles de la muerte dispuestas a limpiar el barrio de los peores especimenes de la condición humana. En definitiva, una película tan “simpática” como conveniente para que los fans de las otrora heroínas Disney Selena Gómez y Vanessa Hudgnes se queden fascinados y traumatizados con las experiencias al límite de estas golfillas universitarias comandadas, ¿o son ellas las que lo dirigen a él?, por un mafioso de poca monta, dientes plateados y sensibilidad pianística al que da vida James Franco con el consiguiente exceso dramático. Sumen diálogos ridículos y fastidiosamente reiterativos, montaje frenético y fatigante, y provocación gratuita permanente, porque cuando no se tiene talento ni ingenio se recurre a una historia disparatada y a la pura provocación con dosis generosas de pretensión, y sale este engendro nada recomendable por mucho que sí lo hagan los actuales gurús del cine. Esto sí es el auténtico Apocalipsis, la debacle y el ocaso definitivo de nuestra civilización, y no las películas catastróficas que siguen inundando nuestras salas, como la que ya se anuncia para este verano protagonizada por Brad Pitt. Y no queremos resultar moralistas, pero es que la cosa se las trae, si no que se lo digan a las víctimas y familias destrozadas por la invasión de matanzas indiscriminadas perpetradas por jóvenes pirados en ese país. Puede que por todo esto haya tardado tanto en estrenarse a nivel mundial tras su paso por el Festival de Venecia de septiembre pasado. Les adjunto un cartel que es más fiel al contenido de la película que el más comediante y desenfadado con el que se está comercializando.
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