sábado, 16 de marzo de 2013

4ª CRÓNICA FeMÁS/30 Encuentros felices

30ª Festival de Música Antigua de Sevilla
Pierre Hantaï y Skip Sempé: Sinfonías para dos claves de Jean-Philippe Rameau. Espacio Santa Clara, jueves 14 de marzo de 2013
Rafael Bonavita y Nuevo Sarao: El sarao de la chacona Obras de Juan Arañés, Andrea Falconieri y Marco Uccellini. Espacio Santa Clara, viernes 15 de marzo de 2013

El célebre clavecinista Pierre Hantaï, uno de los más reconocidos y solventes que existen en la actualidad, ha visitado este festival en más de una ocasión, mientras el norteamericano afincado en Francia Skip Sempé se ha estrenado en el mismo con esta feliz colaboración con Hantaï, recogido para la posteridad en la grabación de la que este concierto no fue sino una recreación prácticamente exacta, tal fue el nivel técnico y de nitidez expresiva alcanzado.

Portada del registro editado por Mirare
En este tramo final del festival Rameau adquiere un protagonismo especial, con la programación de este concierto y la ópera del próximo domingo. Este particular recorrido de los dos afamados y competentes clavecinistas nos llevó por arreglos de piezas instrumentales de las óperas-ballets del compositor francés, desde Las indias galantes a Dardannus, pasando por Platée, Las fiestas de Hebe (o Los talentos líricos), Hyppolyte et Aricie o Los paladines. Incontestable su habilidad e ingenio para articular y estructurar sus obras, así como su calidad melódica, la música de Rameau se revela frecuentemente menos intensa que las de algunos de sus contemporáneos, más superficial en sus propuestas armónicas y melodiosas que en expresividad dramática. Música amable y encantadora no exenta de virtuosismo en sus complejas ornamentaciones, pero que no llega a más emociones que la del mero agrado y certera admiración por su virtuosismo técnico y melódico. Esto es más notorio en estas sinfonías transcritas de esas obras dramáticas, una práctica que se continúa realizando en nuestros días con fines diversos, sea por ejemplo favorecer la interpretación ante públicos limitados o dotar a estas composiciones de timbres nuevos y diferentes. Pero al margen de estas consideraciones lo que no cabe duda es que las impecables y admirables interpretaciones de estos dos virtuosos, colocado uno de espaldas al otro y haciendo gala de una enorme naturalidad y agilidad al teclado, dieron como resultado una velada extraordinaria, de tan agradecida audición como el disco que le sirvió de referente.

Una actuación de Nuevo Sarao en Puigcerdá (Gerona),
con el tenor José Pizarro, que fue sustituido por David
Hernández en el concierto hispalense
Tan feliz como este encuentro entre los dos grandes clavecinistas fue el de Rafael Bonavita y Nuevo Sarao con la música de Juan Arañés. Del compositor entre aragonés y catalán apenas se conservan un puñado de composiciones, y la mayoría porque se imprimieron durante una prolongada estancia en Roma. Obras de un incipiente barroco con un sabor indiscutiblemente popular que enriquece un certamen que nos tiene más acostumbrados a músicas palaciegas y galantes teñidas siempre de un refinamiento aristocrático. Fiestas y celebraciones de la clase alta eran también las destinatarias de este repertorio, pero con un carácter más desenfadado y popular, festivo en definitiva. Con incursiones en la música de ida y vuelta de Iberoamérica y el Sarao de la Chacona como eje central, aunque se dejó para el final del programa, asistimos a la puesta en valor de una música de notable inspiración gracias al buen hacer del vihuelista uruguayo y los integrantes del conjunto afincado en Cataluña, con tres niveles diferenciados de excelencia. Por un lado el entusiasmo y la expresividad ilimitada de la soprano Mercedes Hernández y del propio Bonavita; por otro la voz potente, de timbre aterciopelado y elegante modulación de la mezzo Marta Infante y la agilidad y musicalidad de la violinista Guadalupe del Moral, frecuente colaboradora de nuestra Barroca; y en tercer lugar el papel más discreto del tenor David Hernández, una hermosa voz de ornamentaciones justas pero sin demasiado volumen, y el acompañamiento de Oriol Aymat al violonchelo y Manuel Vilas al arpa, que sin perjuicio de su magisterio no lograron destacar sobre el total de un conjunto no obstante en estilo y en general altamente satisfactorio.

Artículo parcialmente publicado en El Correo de Andalucía el 17 de marzo de 2013

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