Christina Pluhar y L’Arpeggiata: Teatro d’amore Obras de Monteverdi, Strozzi, Cazzati, Flaconieri, Ferrari, Bertali, Allegri y Pandolfo Mealli. Fundación Cajasol, sábado 2 marzo
Ministriles Hispalenses “Per sonar d’instrumenti da fiato”: España e Italia, las dos orillas Obras de Gabrieli, Urreda, Orlando di Lasso, Guerrrero, Desprez, Holborne, Arañés y otros. Convento de San José del Carmen, domingo 3 marzo 2013
Raquel Andueza & La Galanía: Yo soy la locura Música española y europea en castellano del siglo XVII. Iglesia de Santa María la Blanca, domingo 3 marzo 2013
Christina Pluhar |
Más escolástica fue la intervención, el domingo por la mañana en el Convento de San José del Carmen en pleno Barrio de Santa Cruz, de los imprescindibles Ministriles Hispalenses, unos habituales del festival cuya participación en el mismo debería ser obligada en cada edición. De qué otra forma tendremos acceso a ese tesoro que languidece en catedrales y palacios y que exige de exposición periódica al público, no limitada a una al año. De igual forma que las lujosas vestimentas cardenalicias y reliquias varias se ofrecen en vitrinas, debería ser habitual que las músicas, elegantes, sensibles y emocionales, de Desprez, Lasso o Holborne pudieran mimar nuestros oídos más a menudo, sobre todo si se hace con el nivel de excelencia y rigor con el que las rescatan, preservan e interpretan Arnau Rodón y sus cornetas, chirimías, sacabuches y flautas, con la inestimable ayuda de Álvaro Garrido en la sutil percusión e Israel Moreno entonando los versos del Dixit Dominus de Guerrero.
Andueza completó el fin de semana añadiendo aún más belleza con su voz cándida, de natural emisión y fraseo así como puntuales y equilibrados ornamentos, al recién recuperado esplendor de la Iglesia de Sta. María la Blanca. Llegó con toda una declaración de principios, infundarnos de placer y dulzura; y lo consiguió con ayuda de La Galanía, dos maestros de la cuerda pulsada, Jesús Fernández Baena y César Hualde que adornaron con sensibilidad, complicidad y expresividad las historias y anhelos contenidos en el canto maravilloso y mágico de la soprano navarra, incluida esa Marizápalos que Joaquín Rodrigo popularizó casi tres siglos después en su Fantasía para un gentilhombre. Un repertorio en el que no faltaron las inevitables Folías y Canarios, que Hualde defendió con notable sensibilidad, y los cantos de raíz eminentemente popular sobre el amor y el sufrimiento que Andueza interpretó con tanto carisma como emotividad, para terminar visiblemente emocionada, fuera de programa, con una de sus piezas más emblemáticas, El lamento de la ninfa de Monteverdi.
Versión extensa del artículo publicado en El Correo de Andalucía el lunes 4 de marzo de 2013
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