Francia 2012 95 min.
Dirección Christian Vincent Guión Etienne Comar y Christian Vincent Fotografía Laurent Dailland Música Gabriel Yared Intérpretes Catherine Frot, Jean D’Ormesson, Hippolyte Girardot, Arthur Dupont, Jean-Marc Roulot, Arly Jover, Brice Fournier Estreno en España 22 marzo 2013
Otro desatino de la distribución española ha despreciado el sabroso doble sentido del título original de esta agradable comedia, traducible indistintamente como Los sabores de palacio o del paladar. Se trata de una película sencilla, imperfecta pero valiosa. Es lo primero porque propone una trama muy simple apoyada fundamentalmente en un personaje y su especial relación con un emblemático presidente de la república francesa. Basada en las experiencias personales de Danièle Mazet-Delpeuch, incluido su propio asesoramiento, que fue cocinera personal del presidente Mitterand, la cinta se revela algo desestructurada y deslabazada, con un juego a dos tiempos a menudo innecesario y caprichoso, episodios aislados que no tienen consecuencia, y datos alrededor del personaje central que apenas se revelan muy avanzado su metraje. Pero es una película valiosa porque muestra cosas que la ciudadanía tiene derecho a saber, y que son igualmente sabrosas aunque no tengan relación directa con el paladar. Francia se muestra una vez más pionera y modélica a la hora de disfrutar su muy consolidada y saludable democracia, y de ese modo esta película acerca a los ciudadanos y ciudadanas a la vida en el Palacio del Eliseo, sus suntuosos banquetes y sus holgados presupuestos, informaciones que quienes con su voto y sus impuestos tienen todo el derecho a conocer. El hecho de que el mandatario de referencia sea alguien de la talla y la categoría de Miterrand ahorra lo que de polémico podría tener el experimento, centrándose más bien en honrar al presidente, a quien quizás se le muestra con excesiva complacencia, casi como un entrañable abuelete que anhela los sabores y aromas de su infancia, algo que Hortense (un muy significativo nombre para quien utiliza ingredientes naturales y tradicionales en sus espectaculares guisos) está dispuesta a satisfacer cueste lo que cueste. Cabe preguntarse si tenemos en nuestro país algún mandatario tan digno de honrar y respetar, más allá de la leyenda forjada alrededor de Adolfo Suárez por su condición de presidente de la supuesta transición o actual víctima de una cruel enfermedad; Felipe González podría ser un buen candidato, pero a buen seguro que la mitad del país rechazaría la moción. Desconozco si esos seriales de Antena 3 y Tele 5 que se han colado en vidas políticas y palaciegas han mostrado con objetividad, respeto y rigor todo eso que la ciudadanía tenemos derecho a conocer, pero la dispar trayectoria democrática de nuestro país y el vecino me hace dudar. Y no sólo por estas consideraciones esta pequeña e imperfecta película ha despertado nuestro interés, sino también porque una vez más muestra con acierto esa fascinante técnica para seducir en la que consiste la buena cocina frente a paladares y estómagos satisfechos.
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