Guión, música y dirección Stuart Murdoch Fotografía Giles Nuttgens Intérpretes Emily Browning, Olly Alexander, Hannah Murray, Pierre Boulanger, Cora Bissett
Estreno en España 19 septiembre 2014
Aunque de forma timida, el musical como género cinematográfico ha ido revitalizándose últimamente en su triple vertiente de adaptaciones teatrales (Dreamgirls, Los miserables, Sweeney Todd o la próxima a estrenarse Into the Woods), biopics (En la cuerda floja, Ray o la también a la espera de estreno I Feel Good) o recopilaciones de canciones, generalmente de un mismo compositor o grupo, en torno a un argumento adaptado a las letras, que es el caso tanto de ésta como de Amanece en Edimburgo, curiosamente ambas escocesas. Y si en el caso de la película de Dexter Fletcher se trataba de poner en imágenes el álbum Sunshine on Leith de The Proclaimers, en esta ocasión se trata del disco de Belle & Sebatian God Help the Girl, y es su propio artífice y líder, Stuart Murdoch, quien se encarga de la empresa. Un formato muy habitual en el cine de los años treinta y cuarenta, de donde salían las canciones que popularizaban radios y tiendas de discos y partituras. Y como entonces se recurría a salones de baile y cabarets para ambientar muchas de las secuencias musicales, hoy se confía a la estética videoclip ese menester; son los signos de los tiempos. Murdoch trasplanta con detallismo propio de cirugía la sensibilidad sencilla y melancólica de sus canciones a un film en el que una joven emocionalmente inestable y con problemas de anorexia encuentra la motivación terapéutica que necesita a través de la música, con la ayuda de otros dos jóvenes de sensibilidad y carisma muy parecidos al suyo. El resultado es una película entrañable, en la que la mirada nostálgica de Emily Browning, un cruce entre Audrey Hepburn, Ann Blyth y María Valverde, recorre las calles y garitos de Glasgow con espíritu de descubrimiento y aventura, la que se vive en esa edad en la que todo es un mundo lleno de posibilidades e ilusión. Estética vintage de años sesenta y una sana y amable puesta en escena entre edulcorada y naif integran los ingredientes de un musical tierno y simpático jalonado de bonitas y sencillas canciones, las que han llevado a muchos y muchas a admirar y consumir el estilo pop relajante del grupo en cuyas canciones se basa el film.
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