USA 2014 98 min.
Guión y dirección Woody Allen Fotografía Darius Khondji Intérpretes Colin Firth,
Emma Stone, Marcia Gay Harden, Jacki Weaver, Eileen Atkins, Hamish Linklater, Simon McBurney, Catherine McCormack, Erica Leerhsen, Jeremy Shamos
Estreno en España 5 diciembre 2014
Posiblemente Woody Allen se haya interesado por la magia, el ilusionismo y la prestidigitación desde niño; en su película semiautobiográfica Stardust Memories ya aparecía su alter ego infantil practicándola en una sala de fiestas. La maldición del escorpión de jade también utilizaba estas artes ilusorias como base sobre la que tejer su argumento, así que sin duda se trata de un tema familiar para que lo reutilice en la confección de lo que no es sino una comedia romántica ambientada en la luminosa Costa Azul de los locos años 20. Pero a Allen por supuesto no le interesa tanto el pretexto como su auténtico contenido, que una vez más es buscar un sentido a la vida más allá de lo tangible, que nos ilusione y ayude a seguir adelante, un estímulo con el que darle explicación a nuestros actos, gozos y sinsabores. Su proverbial agnosticismo se hace eco también en esta película amable, tanto como lo hace su anhelo de creer en algo. Pero su teoría de que son más felices quienes creen en algo más allá de la lógica, no la practica; él disfruta y encuentra impulso y motivación con cada nuevo título que ofrece puntualmente al año. Como muchas otras películas suyas, ésta es también un cúmulo de referencias, y aquí las más evidentes son las que nos transportan a El gran Gatsby de Jack Clayton en el tratamiento de la luz, el vestuario (un exquisito trabajo de la española Sonia Grande, habitual en los últimos títulos de Allen, Almodóvar y Amenábar) y el ambiente decadente a lo Scott Fitzgerald, aunque en las fiestas apenas haya conseguido que alguien baile bien. Y sobre todo, en su tramo final, las que emparentan esta cinta con My Fair Lady. Curiosamente el personaje de Colin Firth está basado en el mago americano travestido de oriental de principios del siglo XX Chung Ling Soo; sin embargo cualquiera familizarizado con la obra de Bernard Shaw en manos de George Cukor se da inmediatamente cuenta de que tras su mago de flema británica se esconde el Profesor Higgins, que intenta no educar pero sí desenmascarar a su Eliza Doolittle, aquí una encantadora Emma Stone, mientras un joven rico la corteja cantándole y tocando el ukelele como allí esperaba a su amada en la calle donde vive, la tía del mago aporta la voz de la sabiduría y la templanza, como hacía la madre del profesor, y su amigo, otro mago menos avispado, hace las veces del Coronel Pickerin. Maduro conoce a chica presuntamente impostora, intenta desenmascararla y cuando menos se lo espera, en un soliloquio, se da cuenta de que se acostumbró a su cara. De modo que Magia a la luz de la luna no sólo es una comedia romántica, sino un homenaje a ese maravilloso musical y otro ensayo más, ligero eso sí, sobre la religión, el amor y la muerte; todo ello con un envoltorio delicioso.
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