Dirección Will Gluck Guión Aline Brosh McKenna y Will Gluck, según el musical de Charles Strouse y Martin Charnin Fotografía Michael Grady Música Greg Kurstin Intérpretes Jamie Foxx, Quvenzhané Wallis, Rose Byrne, Cameron Díaz, Bobby Cannavale, David Zayas, Adewale Akinnvoye-Agbaje, Sephanie Kurtzuba
Estreno en Estados Unidos 19 diciembre 2014; en España 30 enero 2015
Uno de los musicales más populares y queridos de Broadway, estrenado en 1977 y objeto de adaptaciones al cine y la televisión, destrozado en esta ocasión y convertido en una de las películas más marcianas y disparatadas de la temporada. Annie nació en los años 20 del siglo pasado de la mano del viñetista Harold Gray. Pronto se convertiría en icono del afán de superación surgido en la crisis económica del 29, algo que ahora podría haberse aprovechado para plasmar los devastadores efectos de la actual crisis, por supuesto sin perder en ningún momento el alma festivalero del musical, pero que desgraciadamente ni siquiera se ha intentado. John Huston adaptó el libreto original de Thomas Meehan en 1982 con una película poco memorable pero que al menos respetó el espíritu original de esta hermana pequeña de Oliver Twist. Rob Marshall la adaptó a la televisión casi dos décadas después, y ahora Will Smith la ha rescatado para producir esta versión esperpéntica en la que todos sus artífices parecen haberse fumado toda la marihuana que han encontrado a su alcance antes de rodarla. Nadie se toma en serio la empresa ni a la hora de plantear situaciones, escribir líneas de diálogo imposibles, sobreactuar o bailar. Algunos, como Jamie Foxx, parecen haber disfrutado cantando y bailando a su antojo, mientras Greg Kurstin ha mutilado la mayor parte de las canciones originales para sustituirlas por engendros de fácil consumo más en estilo R&B, en consonancia con el temperamento de la nueva heroína, una niña cuya frescura cautivó a algunos y algunas hace unos años cuando apenas tenía cuatro en Bestias del sur salvaje, pero que ahora, ya crecidita, demuestra ser más sosa que otra cosa. El personaje siempre ha sido pedante y redicha, pero ahora se lleva la palma. Mala e histérica hasta lo inimaginable, si podemos salvarla será por la vena cómica de Bobby Cannavale (el novio macarra de Sally Hawkins en Blue Jasmine) y por recrease en un Nueva York alegre, luminoso y presidido por el nuevo One World Trade Center a vista de helicóptero. Ni los cameos de Patricia Clarkson, Michael J. Fox, Rihanna, Mila Kunis o Ashton Kutcher son simpáticos, el guión no tiene gracia (las series de Canal Disney son más divertidas) y en castellano la niña canta con voz de mujer... ¡un horror!
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