Rubén Fornell |
Ayer domingo 22 de febrero tuvo lugar la presentación y puesta de largo de una nueva orquesta en nuestra ciudad. Fue en el magnífico auditorio, más por diseño escénico y dimensión que por condiciones acústicas, del Centro Cívico de La Ranilla, que ocupa el espacio en el que se ubicaba la antigua cárcel del mismo nombre, más tarde Centro Penitenciario Sevilla 1, y que hoy cuenta con unas instalaciones de nueva construcción, modernas y prácticas. El nuevo conjunto sinfónico viene a engrosar así la cada vez más prolija cosecha de formaciones musicales que está generando la ciudad, motivo de sobras suficiente para saludar la iniciativa con optimismo y satisfacción. Otra cosa será la calidad con la que surgen estos conjuntos, y si en otras ocasiones nos hemos rendido al nivel alcanzado por conjuntos de similares características, es decir integrados por gente joven y aún inexperta, en esta ocasión animamos a los sin duda inquietos e ilusionados intérpretes a trabajar duro, convencerse de lo que hacen y procurar dar el máximo de sí con el fin de superar los serios inconvenientes que la orquesta evidencia al menos de momento.
Su director, el también muy joven Rubén Fornell, acertó introduciendo el evento con unas palabras apasionadas y muy reflexivas, superando así la timidez y falta de protocolo con la que otros gestores suelen abordar acontecimientos como éste. Más de una vez hemos denunciado cómo se han despachado estos conciertos como si de uno más se tratara, sin darle el relieve que la novedad merece. Las muy matizadas y estudiadas palabras de Fornell se vieron reforzadas por las más espontáneas del profesor Pedro Romero, que al violín acompañó a los principiantes junto a otros profesores de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla que impulsan el proyecto en el que se ven involucrados sus propios alumnos y alumnas. También pudimos ver entre la cuerda a Leo Rossi, mientras como solistas actuaron Katarzina Wróbel y Robert Thompson, también de la plantilla de la orquesta hispalense. Se da la circunstancia de que la formación presentada, germinada apenas en enero pasado, deriva de otra más joven aún que lleva unos meses funcionando y con la que pretende coexistir.
La orquesta con Pedro Romero al frente |
En el programa dos piezas de difícil ejecución, el Doble Concierto de Brahms y la Quinta de Beethoven. En el primero, el solvente violonchelista Robert Thompson funcionó a medio gas como solista, sin personalidad definida y momentos de baja forma, mientras al violín Wróbel se mostró exigente, incluso ausentándose brevemente para resolver puntuales problemas de afinación; pero en la práctica a su intervención le faltaron matices y le sobró aspereza. Al conjunto en general le faltó equilibrio, afinación y coordinación, muy a pesar del entusiasmo y la agilidad con que abordó el programa la batuta. Será cosa de ir perfilando el trabajo, seleccionando y sacrificando integrantes y alcanzando un mayor nivel de disciplina. De momento no podemos tildar de inútil un proyecto tan necesario, fundamental para dotar a nuestros estudiantes de una buena base sobre la que practicar, experimentar e ir encaminándose en su caso a un futuro dedicados y dedicadas a la interpretación musical.
Información sobre la orquesta y sus actividades en la página www.ajofs.com
Que facil es hacer una critica asi de una orquesta de jovenes que alternan sus clases de ESO o bachiller con clsses en el conservatorio, ensayos y estudio en casa. Esta es la razon por la que en Seviilla no hay buenos coros u orquestas porque no creemos en los que empiezan. Animo a toda la orquesta, en Europa esto es lo que funciina
ResponderEliminarNadie ha dicho lo contrario, y no, no es fácil hacer críticas que no alaben al artista. Lo fácil es hacerlas siempre positivas para congraciarse con todo el mundo, hacer amigos y que cuenten con uno para todo. Si ha leído algo de lo que habitualmente escribo, sabría que presto siempre todo mi apoyo a los jóvenes; me emociona muchísimo que trabajen tanto, se sometan a disciplinas férreas y contradigan el tópico de que la juventud sólo quiere divertirse y emborracharse. Sois muy injustos quienes os atrevéis a despreciar nuestras opiniones, basadas en la enorme cantidad de horas entre discos, conciertos y estudio que dedicamos a lo que más amamos en el mundo, la música.
ResponderEliminarBuenos días Juan José Roldán, mi nombre es Pedro Romero Vargas, presidente de la asociación la cual intenta sustentar las actividades de esta naciente joven orquesta, celebro que te hayas fijado en nosotros, por lo que justo ahora que dispongo de algo de tiempo libre quisiera igualmente corresponderte y compartir contigo una reflexión. Y la titularé: Y a los críticos quién los critica?
ResponderEliminarAsí que en esta ocasión quisiera criticarte lo siguiente:
1. Los críticos debieran ser especialistas de aquello que desean pública o profesionalmente criticar. No vale eso de ser licenciado en otra especialidad y por el hecho de haber escuchado muchos discos o haber ido a muchos conciertos creerse crítico de música. Es como si alguien que ve mucho cine ya se cree crítico de cine...Por supuesto a nivel personal todos podemos ser críticos, claro. Lo que me extraña es que haya periódicos que contraten personas no cualificadas, sin los estudios correspondientes. Yo hace décadas veo documentales de historia, y no por ello me atrevería a ejercer de crítico de historia en un periódico. Me daría vergüenza. Lo mismo que no me atrevo a hablar de derecho pues no soy estudiado en derecho. Es que la música merece menos cualificación que otras profesiones? En absoluto! La carrera de música en sus estudios oficiales consta de un promedio de 15 años de estudios, aunque la dedicación no termina nunca. Así que para ser crítico de música en un periódico pues haría falta mucho más que ser aficionado a escuchar música.
2. Hay que saber con que vara medir aquello que se desea criticar. No se puede aplicar la misma presteza para criticar a una naciente orquesta joven que a una orquesta profesional o de mayor recorrido, lo mismo que no se puede calificar de igual manera la intervención de un solista internacional que la de músicos tutti de una orquesta profesional que colaboran como solistas invitados de manera desinteresada con una orquesta joven como la nuestra.
Sé que es un proyecto osado el nuestro. Y más aún con las dificultades económicas y culturales actuales. Y muy a pesar de opiniones que tampoco ayudan a la labor ingente que tenemos entre manos. Pero lo intentamos.
Estamos a todo gas!
Los jóvenes de la orquesta, en su mayoría estudiantes del grado profesional (medio) y algunos otros del superior, están a todo gas.
Nuestro director artístico está a todo gas.
Nuestros solistas invitados lo dieron todo, y estuvieron a todo gas.
Y la gestión que realizamos intentando sacar adelante este proyecto se encuentra a todo gas.
J. J. Roldan, yo te aplicaría tus propias palabras: "...en su intervención le faltaron matices y le sobró aspereza..."
Aunque a todo gas sí que estuviste.
Mencionar que nuestra orquesta no tiene patrocinio alguno, ni siquiera tenemos una sede propia. Medios materiales no disponemos, pero tenemos lo más importante, la aportación humana de algunos de los padres de nuestros jóvenes músicos y la ayuda desinteresada de muchos músicos de la ROSS, verdaderos profesionales y amigos de la música, para los que no tenemos más que palabras de reconocimiento y agradecimiento. Te animo a colaborar en nuestra asociación. Pronto necesitaremos otro secretario en la asociación, nos vendría bien alguien de derecho como tú, podrías hacerte socio si lo deseas, o si de casualidad tocas algún instrumento a que te unas a nuestra orquesta escuela. Necesitamos ayuda. No más dificultades. Te lo agradeceríamos.
Cordial saludo,
Pedro Romero Vargas
Muchas gracias por sus palabras y su atención. Agradezco igualmente sobremanera su invitación a participar en su asociación. Lamentablemente apenas dispongo ya de tiempo para dedicarme a otras cosas, dedico muchas horas a estudiar sobre aquello de lo que después he de escribir. No toda la cultura y la sabiduría se adquiere cursando estudios académicos. Ese ha sido el problema siempre de este país, la "titulitis". Si no se tiene, se le desacredita a uno fácil y despiadadamente. Tener buen oído y una pasión innata por la música es imprescindible, así como tener el oído muy cultivado, a fuerza de muchísimas horas oyendo música, analizándola, comparando versiones y estudiando todas las fuentes a nuestro alcance para poder así prestarles el mejor servicio. Mis críticas a otros colectivos jóvenes suelen ser muy positivas, pues soy el primero que celebra el entusiasmo que en esta ciudad se dedica a la música desde hace apenas unos años. Ahí están mis artículos sobre la Bética de Cámara, la OJA y sobre todo la Sinfónica Conjunta, un prodigio orquestal integrado por músicos de entre 12 y 25 años. Por supuesto que no utilizo la misma vara de medir para la Filarmónica de Viena, la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla o ésta que nos ocupa. La perspectiva es importante, pero un nivel mínimo también, y la Filarmonía aún no lo ha alcanzado. Pero yo animo a seguir trabajando y lograrlo, y con el apoyo incondicional y entusiasta de ustedes seguro que lo conseguirán. Eso redundará en beneficio de nuestra comunidad, y nos hará un poco más civilizados, que falta nos hace. Por favor, encajen las críticas, las buenas y las malas, y no ataquen con tanta rabia y descrédito. Todos y todas hemos luchado y merecemos respeto y consideración. En mi texto no hay bilis, en su represión sí. Un abrazo
ResponderEliminarAh, y una cosa más: Al crítico lo critican todos y todas los demás. Estamos expuestos a sus enfados y a veces tan preocupados por originar reacciones como la suya, que lo pasamos mal y a veces ni siquiera nos atrevemos a ser sinceros. Déjennos por favor trabajar en libertad
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