USA 2014 95 min.
Dirección Jorge R. Gutiérrez Guión Jorge R. Gutiérrez y Douglas Langdale Música Gustavo Santaolalla Voces (en versión original) Diego Luna, Zoe Saldana, Channing Tatum, Kate del Castillo, Ana de la Reguera, Christina Applegate, Ice Cube, Ron Perlman, Cheech Marin, Plácido Domingo, Héctor Elizondo, Danny Trejo
Estreno en Estados Unidos 17 octubre 2014; en España 20 febrero 2015
Producida por Guillermo del Toro, la película del debutante también mexicano Jorge R. Gutiérrez es una fiesta reivindicativa del folclore más genuino, típico y colorista del país de Pancho Villa, como lo fue en su día hace setenta años la producción Disney Los tres caballeros. Pero si allí el pretexto era reforzar las alianzas entre los dos hemisferios del continente americano en plena crisis mundial causada por la Segunda Guerra Mundial, ahora se trata sólo de evidenciar la riqueza cultural e iconoclasta de ese país, sacudido por la violencia y la corrupción política y económica, pero cada vez más presente en el cine mundial y en su meca, Hollywood. Tan deudora de la iconografía del grabador y caricaturista José Guadalupe Posada, la pintura naif y colorista de Frida Kahlo y la literatura de Juan Rulfo, como del estilo visual y la imaginación de Tim Burton, El libro de la vida nos abre a través de un cuento infantil tan atractivo para los niños como para los adultos, la tradición del Día de los Muertos y sus mundos de fantasía, el de los olvidados y el de los recordados, algo así como el infierno y el cielo de la tradición católica pero con connotaciones fiesteras mucho más divertidas, desenfadadas, mágicas y estimulantes. Siguiendo patrones muy reconocibles para la cultura española, como ese personaje femenino inspirado en Penélope Cruz, o el abuelo difunto por cuyas dotes canoras corre la sangre de Plácido Domingo, relata una típica historia de amor a tres bandas, con un aspirante a torero que en realidad quiere ser cantante y un presunto héroe militar luchando por el amor de una mujer de armas tomar, tanto o más resuelta que sus pretendientes, aunque en definitiva ande buscando una vez más su príncipe azul. Por el camino referencias al mito de Orfeo y la mitología particular del país a través de las figuras de La Catrina y Xibalba. Todo un festín para los sentidos, un curioso discurso antitaurino y una enérgica y vitalista narrativa que se completa con una impecable banda sonora de Gustavo Santaolalla en la que combina sabiamente sinfonismo, folclore mariachi y pop country americano. Su realizador pretende que se convierta en trilogía, tomando como eje central de cada una de sus partes uno de los tres vértices del triángulo romántico, habiendo empezado por Manolo, el antitorero cantante. Obtuvo una nominación al Globo de Oro en el apartado de mejor película de animación, que no se repitió en los Oscar aunque debiera.
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