USA 2014 95 min.
Dirección William Eubank Guión William y Carlyle Eubank y David Frigerio Fotografía David Lanzenberg Música Nima Fakhara Intérpretes Brenton Thwaites, Laurence Fishburne, Olivia Cooke, Beau Knapp, Lin Shaye, Robert Longstreet, Jeffrey Grover Estreno en el Festival de Sundance 20 enero 2014; en Estados Unidos 13 junio 2014; en España 13 febrero 2015
Por fin una película de ciencia ficción inteligente y no por ello pretenciosa. En su anterior película, Love, William Eubank nos contaba la inquietante historia de un astronauta perdido en una estación espacial internacional abandonada. Tres años después el escenario parece ser el mismo, si bien ahora la inquietud no la provoca el abandono ni la soledad, sino el personal de un anacrónico hospital tipo psiquiátrico al que van a parar dos jóvenes amigos y la novia de uno de ellos, que desaparecen sin dejar rastro cuando viajan acompañando a ella a su nueva residencia de estudios. Prácticamente durante toda la película se juega a generar inquietud sobre la naturaleza de la situación pesadillesca que van a experimentar, atravesando varios estados, desde el viaje en el que se muestran los lazos sentimentales de los protagonistas y sus limitaciones, al sorprendente y revelador final en un paisaje desértico de carreteras polvorientas, pasando por un refugio fantasmagórico con sótano incluido que parece denunciar el típico lugar común de las cintas de terror para adolescentes, y la clínica de referencia. Una fotografía luminosa y una música absorbente y vanguardista colaboran a crear esa atmósfera enrarecida que Laurence Fishburne remata con su enigmática interpretación. En el viaje vamos descubriendo distintas sensaciones que nos llevan de una posible epidemia con reminiscencias del ébola (pura casualidad pues el rodaje tuvo lugar antes de que el brote se convirtiera en amenaza mundial) a posibles experiencias oníricas y contactos con seres de otro mundo. En el camino reflexionamos sobre cada una de sus propuestas, pero siempre atentos a lo que se nos cuenta, pues en el fondo no hay más pretensión que contar una historia diferente y atractiva, aprovechando para ello sus limitados pero muy distribuidos recursos, que incluyen unos muy aseados e imaginativos efectos visuales, galardonados en Sitges.
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