domingo, 15 de febrero de 2015

CÁMARA ROSS: MÚSICA FRANCESA EN UNA MAÑANA GRIS

XXV Ciclo de Música de Cámara de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Tatiana Postnikova, piano. Vicent Morelló, flauta. José Manuel González, oboe. Piotr Szymyslik, clarinete. Javier Aragó, fagot. Ian Parkes, trompa. Programa: Sextetos para piano y quinteto de viento de Rousel, Poulenc y Françaix. Sala Manuel García del Teatro de la Maestranza, domingo 15 de febrero de 2015

El oboísta José Manuel González
introdujo el escueto concierto
Como si se hubiesen puesto de acuerdo, tanto el ciclo de cámara de la Sinfónica como el concierto de abono de la Bética ilustraron con música francesa y a la misma hora, una aquí y la otra en Alcalá, una invernal y grisácea mañana de domingo. La falta de gestión de la Sala Joaquín Turina impide de momento disfrutar un día antes del conjunto liderado por Michael Thomas, mientras su página web carece de un mantenimiento mínimo que evite confusiones a la hora de hacerles el seguimiento que merecen. Tres generaciones de compositores franceses cubrieron ambos programas, entre el clasicismo de Saint-Saëns, el modernismo de Fauré, de quien el estupendo violonchelista Israel Martínez ofreció su concierto en el Teatro Riberas del Guadaira, el impresionismo de Debussy y Roussel, el neoclasicismo de Poulenc y el expresionismo de Françaix. Los tres últimos protagonizaron en la Sala Manuel García un brevísimo concierto, apenas cuarenta minutos de música que, junto a las explicaciones de los músicos y dos minúsculas propinas, no llegaron a cubrir una hora de espectáculo.

El Divertissement Op. 6 de Albert Roussel combina magistralmente armonía y contrapunto, si bien los intérpretes no alcanzaron a reflejarlo en su plenitud, acusando en ocasiones falta de coordinación aunque por separado cada instrumento aprovechara su oportunidad de lucimiento. Sí acertaron en las acentuaciones rítmicas pero no tanto en plasmar su tendencia a la acidez. Un excelente nivel técnico y el cuerpo justo que añadió el piano de Postnikova facilitó que el Sextour de Francis Poulenc sonase alegremente irónico y a la vez refinadamente melancólico. Su brillante allegro, el poético divertimento y el muy rápido final hicieron justicia a esta singular pieza del autor de Diálogo de Carmelitas.

Poco elegante se mostró Szymyslik para ilustrar L'heure du Berger, obra que se dice compuso Jean Françaix como música de ambiente para un restaurante parisino, aunque por su estética no parece adecuada para acompañar a los comensales. El clarinetista estampó sobre el piano de Postnikova, preciosamente ataviada para la ocasión, un dibujo de un pianista, quizás el propio Françáix, con una vampiresa estilo Michelle Pfeiffer en Los fabulosos Baker Boys sobre el instrumento, algo poco sutil de cara a la pianista y el sexo femenino en general. En compensación la pieza fue servida con evidente encanto y unas muy acertadas dosis de humor, sobre todo en los diálogos entre el clarinetista y unos espléndidos Morelló a la flauta y González al oboe, con incursiones también brillantes de Aragó al fagot y la trompa atenta y precisa de Parkes.

1 comentario:

  1. Vaya, ya que saca el tema del vestuario de la solvente pianista, con tampoco acierto, le daré mi opinión tras años de seguimiento a la ROSS y sus formaciones camerísticas. Esta pianista se caracteriza por ir habitualmente muy "inadecuadamente ataviada", en un estilo cruzado entre gótico y caperucita, -incluido su peinado-. Lo que suele ser algo demasiado chocante cuando debe hacer alguna intervención como solista. Este domingo tan poco fue una ecepción. No le vendría nada mal un aire más austero y moderno. Todo ello sin entrar en su profesionalidad y esa seguridad rusa llena de garantías.

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