USA 2015 122 min.
Dirección Scott Cooper Guión Mark Mallouk y Jezz Butterworth, según el libro de Dick Lehr y Gerard O'Neill Fotografía Masanobu Takayanagi Música Tom Holkenberg Intérpretes Johnny Depp, Joel Edgerton, Benedict Cumberbatch, Dakota Johnson, Kevin Bacon, Peter Sarsgaard, Jesse Plemons, Rory Cochrane, David Harbour, Adam Scott, Corey Stoll, Julianne Nicholson, W. Earl Brown, Bill Camp, Mark Mahoney Estreno en el Festival de Venecia 4 septiembre 2015; en Estados Unidos 18 septiembre 2015; en España 23 octubre 2015
La fascinación del cine americano por el crimen organizado ha sido siempre una constante, no en vano Estados Unidos es una nación levantada sobre la violencia ya desde su propia colonización. Historias de mafiosos y luchas de poder entre familias y gángsters hemos conocido muchas a lo largo de la historia del cine, lo que hace que todo esto nos suene muy trillado, incluido el principal punto de interés de esta función, la supuesta colaboración de las fuerzas del orden y las del crimen para desenmascarar otros criminales. Scott Cooper, director de Corazón rebelde, que le valió a Jeff Bridges el Oscar al mejor actor hace unos años, y Out of the Furnace, protagonizada por Christian Bale y no estrenada en nuestro país, dirige ahora a Johnny Depp en un ejercicio rutinario y sólo parcialmente inquietante, en el que la estrella de los Piratas del Caribe esconde su vena cómica e histriónica para enfundarse en kilos de maquillaje y prótesis hasta convertirlo casi en Ray Liotta, y logra una de sus interpretaciones más sobresaliente, especialmente practicando una mirada tan autoritaria como terrorífica. Criados en el mismo barrio, el gángster y el policía sellarán una peligrosa alianza para atrapar a uno de los grandes capos de la mafia italiana en Boston (de ahi el título original, ese doble sentido de Misa Negra y Crónica negra de Masschussets); una colaboración que dará carta blanca al primero para organizar sus crímenes y negocios sin el acoso policial. Pero como América es noble y honrada, al final siempre habrá quien ponga las cosas en su sitio. Tratándose de una historia real, sorprende que un senador (Benedict Cumberbatch) fuese hermano de un reconocido y convicto gángster; una aventura extraconyugal seguramente sí que habría acabado con su carrera. Ritmo narrativo e interpretaciones resultan acertadas, no solo la de Depp sino también Edgerton (Exodus. Dioses y hombres, El gran Gatsby) y el resto del elenco. No obstante las atrocidades se antojan poco escabrosas a juzgar por las fotografías reales que ilustran los títulos de crédito finales, mientras la premisa que guía el procedimiento del criminal Whitey Bulger, hacer el mal sin ser visto, no se cumple a rajatabla.
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