La insuficiente afluencia de público en este concierto de recuperación del patrimonio musical andaluz, motivó en Eduardo López Banzo cierta insatisfacción que tradujo en lamento porque el aficionado sevillano no mostrase mayor interés por un proyecto como éste. No le falta razón al fundador de Al Ayre Español, una de las voces más informadas en la interpretación rigurosa de nuestro acervo musical; pero hay que comprender que la oferta musical en estos últimos días está siendo muy amplia y diversa y que nos encontramos en los prolegómenos de una de las fiestas más representativas de la ciudad. Debería saber el Sr. Banzo que cuando la Barroca abordó un programa en torno a de la Puente en junio de 2012, no cabía un alfiler en la Iglesia de Santa Ana.
El contratenor Hugo Bolívar |
Natural de Tomellosa en Guadalajara, gran compositor y maestro de capilla de la Catedral de Jaén a la temprana edad de 19 años, Juan Manuel de la Puente representa el mejor y más singular barroco que se cultivaba en nuestra península, cuando sin el apoyo de la Iglesia era casi imposible abordar ninguna actividad artística. Su estilo mezcla el estilo galante propio del barroco tardío con técnicas típicas españolas como las coplas y los estribillos, conformando cantatas y villancicos de enorme originalidad. Con un programa inédito de su trabajo, Banzo, y una reducida pero selecta representación del grupo aragonés, optó por obras corales a tres y cuatro voces y una humana, a una sola voz, que Adriana Mayer defendió con soltura y buena dicción, si bien su voz sonó ocasionalmente un poco impostada. La opción de colocar las voces atrás, a modo de coro, deslució el brillo y la proyección de las voces masculinas, a pesar de lo cual regalaron momentos de sublime armonía como el Aria amorosa de Lleguemos postrados. Hugo Bolívar posee un hermoso timbre pero acusó ocasionales cambios de registro y estridencias fuera de estilo, mientras sus compañeros exhibieron voces correctas pero impersonales.
Para situar al homenajeado compositor se interpretó una sonata de Vivaldi en la que lucieron especialmente los vibrantes y dinámicos violines de Aguado y Arteche, unos tientos y gallardas de Cabanilles con los que Banzo demostró su habilidad y buen gusto al órgano, y una gaitilla de Durón que sirvió para que Carles Cristóbal diera rienda suelta a su virtuosismo con el bajón, instrumento muy representativo en de la Puente. Inimitable Juan Carlos de Mulder acompañando en la cuerda pulsada en esta cita con la que el conjunto revalidó su saludable compromiso con la recuperación de la música hecha en Andalucía.
Artículo publicado en El Correo de Andalucía el 19 marzo 2016
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