Tras las dos citas psicodélicas que protagonizaron Joshua Redman y Chris Potter, el ciclo de jazz del Lope de Vega suavizó su iluminación para entregarnos un maravilloso regalo en la forma de la dulce y susurrante voz de Stacey Kent y sus inspiradas revisiones de clásicos americanos y brasileños, standards que habitan en los nueve registros de estudio que ha grabado hasta el momento desde su debut en 1997 con Close Your Eyes.
Acudió para la ocasión arropada por un magnífico conjunto liderado por su marido y descubridor, el saxofonista inglés Jim Tomlinson. Él y el imperecedero Antonio Carlos Jobim, ídolo de su juventud y figura recurrente en su discografía, se convirtieron en los dos pilares sobre los que la cantante de New Jersey edificó su particular encuentro con el público sevillano. Casi un revival del tándem que formaban en los sesenta Astrud Gilberto y Stan Getz, los esposos desgranaron piezas tan reconocibles como Aguas de março, que cantaron a dúo ya en los bises, One Note Samba o Só danço samba, cuyo frenético ritmo aprovechó el batería Josh Morrison para hacer verdadero alarde de virtuosismo y espectacularidad. Otras canciones portuguesas, como la melancólica Mais uma vez, encontraron también en la elegante y sentimental voz de Kent el vehículo perfecto para deleitar. Y bossa nova también para versionar el Happy Talk del musical South Pacific de Rodgers & Hammerstein.
Los clásicos norteamericanos se alternaron con las composiciones de Jobim y las del propio Tomlinson, como The Changing Lights, un hito en la carrera de la cantante que cuenta con la letra de Kazuo Ishiguro (Lo que queda del día), habitual colaborador de la pareja. If I’m Lucky de Eddie DeLange, There Will Never Be Another You de Harry Warren o That’s All de Alan Brandt, se unieron a la propuesta de jazz suave y melancólico ofrecido por quien una y otra vez repitió que en la próxima cita hablará nuestro idioma (se defiende en un perfecto portugués). Su esmerada dicción e incontestable buen gusto completaron la relajante sensación que provocó su propuesta, fruto de tantas influencias de jazz clásico recicladas en un estilo notablemente personal. También cantó en francés, como cuando nos invitó a acompañarle en Jardin d’hiver de Henri Salvador.
Artículo publicado en El Correo de Andalucía
Hola, te he dejado un comentario en el artículo del Correo, tendrías anotadas las 5 o 6 primeras canciones por orden. Es que no logro identificar una de ellas. Muchas gracias de antemano. Luis González
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