Reino Unido 2015 102 min.
Dirección Gavin Hood Guión Guy Hibbert Fotografía Haris Zambarloukos Música Paul Hepker y Mark Killian Intérpretes Helen Mirren, Alan Rickman, Aaron Paul, Jeremy Northam, iain Glen, Barkhad Abdi, Phoebe Fox, Carl Beukes, Richard McCabe, Gavin Hood, Monica Dolan Estreno en el Festival de Toronto 11 septiembre 2015; en Reino Unido 15 abril 2016; en España 13 mayo 2016
Tras ganar un Oscar a la mejor película de habla no inglesa con Tsotsi, el realizador sudafricano Gavin Hood tuvo que reponerse de su primer fracaso americano, Expediente Anwar, con dos películas de ciencia ficción y aventuras, X-Men Orígenes: Lobezno y El juego de Ender, hasta desembocar en esta cinta de título a lo Alan Parsons Project. Una interesante e inteligente película que plantea una situación apasionante y de máxima ansiedad, una misión bélica en Somalia desde los despachos militares y políticos británicos y norteamericanos, a través de drones con los que actuar a distancia y con completa seguridad. Una situación inquietante y delicada que plantea muchas cuestiones éticas y que serán abordadas de forma distinta según se trate de políticos o militares, y dentro de cada uno con muy distinto punto de vista según el grado de mando y responsabilidad. Los daños colaterales propiciarán el motor que desencadene la trama y genere la tensión, por momentos diabólica. Lo importante a la hora de enfrentarse al film es dejarse llevar por su calidad como producto de entretenimiento, dirigido con mano firme por Hood e interpretado por convicción por su atractivo reparto. Porque si nos dejamos llevar por su posible mensaje podríamos encontrarnos con una peligrosa tendencia a lo reaccionario e incluso algo fascista, que justifica los medios por el fin cualquiera que sean las víctimas colaterales y las consecuencias generales. Algo que parece se quiere evitar a través de los distintos puntos de vista empleados en el ingenioso guión, pero que finalmente naufraga como consecuencia de alguna que otra ridícula reacción muy al final de la función. Con todo no cabe duda de que funciona como entretenimiento diferente y original, beneficiándose además de una cadencia elegante y relajada, que nada tiene que ver con la atmósfera de inquietud que genera y sin embargo no echa mano para ello del habitual histerismo y montaje frenético tan difícil de seguir.
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