Con varios meses ya en el mercado, Vicent Morelló presentó el martes en el Espacio Turina su grabación en Super Audio CD Gypsy Inspiration, bajo el sello de Eudora y con distribución internacional de Naxos. Después de haberlo presentado en Navacerrada y Madrid, el flautista de la ROSS ofreció un concierto en compañía de Tommaso Cogato, que sustituyó así a Daniel del Pino, que es quien firma el registro junto a Morelló y que no pudo asistir por motivos de agenda. Se trata de una recopilación de piezas inspiradas directa o indirectamente en la música popular gitana que imperó en Europa a lo largo fundamentalmente del siglo XIX. Una rica sucesión de bellas melodías e imaginativas ornamentaciones que los dos competentes músicos pusieron en pie con evidente riqueza cromática y considerable buen gusto.
A pesar del éxito que orquestas gitanas cosecharon interpretando czardas y verbunkos en aquella época, pocas se preservaron escritas, y sus autores permanecieron anónimos, lo que provocó no pocos problemas a la hora de una posible edición que permitiera su interpretación al alcance de cualquier interesado. Quizás por eso proliferaron los arreglos, adaptaciones o composiciones originales inspiradas en estas piezas del acervo popular, de la mano de famosos como Liszt o Brahms. La selección propuesta por Morelló y Del Pino en el disco, parte del cual sirvió para ilustrar este concierto-presentación, nos llevó de Émile Pessard, maestro de Ibert o Ravel y autor de diversas operetas y misas, a Bartók y sus recopilaciones de cantos y danzas húngaras y rumanas. Las amables y sencillas melodías de Pessard (Andalouse), el mítico violinista Fritz Kreisler (La gitana) o la hermosa Canción gitana rusa del flautista Wilhelm Popp, encontraron en las maneras virtuosas y delicadas de Morelló el instrumento perfecto, mientras Cogato, el gran descubrimiento del pasado año en nuestra ciudad, acompañó elegante al piano, siempre atento a cada matiz y detalle.
Más comprometido expresivamente resultó el conmovedor Pequeño gitano del norteamericano Christopher Caliendo, autor de bandas sonoras de películas de serie B, títulos del cine mudo recuperados o clásicos restaurados como Mayor Dundee, compuesto como homenaje a un pequeño gitano testigo y víctima del genocidio nazi de su pueblo, que Morelló despachó con enorme sensibilidad. También la Dedicatoria de Moreno Torroba se saldó con una interpretación rica en expresividad y sensualidad, mientras la adaptación a flauta de los Aires gitanos de Sarasate sirvió para la habitual y triunfante exhibición de virtuosismo, dada la versatilidad y flexibilidad de Morelló para frasear y articular a discreción. De la misma manera que Alla gitana de Dukas logró eclipsar a la voz humana para la que fue concebida, y que las Danzas húngaras y rumanas seleccionadas por ese gran valedor del folclore del este de Europa que fue Béla Bartók, sirvieron para extraer de los músicos una musculosa y brillante interpretación a partir de su adaptación para flauta y piano por parte de Paul Arma.
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