India 2016 91 min.
Dirección Shubhashish Bhutiani Guión Subhashish Bhutiani y Asad Hussain Fotografía David Huwiler y Michal McSweeney Música Tajdar Junaid Intérpretes Adil Hussain, Lalit Behl, Geetanjali Kulkarni, Palomi Ghosh, Naunindra Behl, Anil K. Rastogi Estreno en el Festival de Venecia 2 septiembre 2016; en India 7 abril 2017; en España 24 agosto 2018
Sorprende que un joven director elija para su debut en el largometraje una historia sobre aceptación y superación de la muerte. En Hotel Salvación un hombre de edad considerable pide a su hijo, siempre ocupado en un trabajo que no le aporta más que sustento pero casi ninguna felicidad, que le acompañe a una especie de santuario a orillas del Ganges para esperar una muerte inminente. Nada hace sospechar sin embargo que ni la suya ni la de otros huéspedes con el mismo empeño estén saboreando sus últimos alientos de vida, y sin embargo allí están a la espera de algo que más parece elegido y aceptado que impuesto por la propia naturaleza de la vida. El tratamiento visual luminoso, su elegante cadencia dramática, la encantadora música que la ilustra, y las relajadas y comedidas interpretaciones de su elenco protagonista, sin aditamentos edulcorantes ni subrayados innecesarios, son los ingredientes que una vez bien sazonados y cocinados por el lúcido director, contribuyen a ofrecer un relato amable y sencillo que funciona como cuento exótico sobre lo que verdaderamente importa y el valor perverso que damos a lo que nos rodea. Casi como un proverbio, aunque con altibajos narrativos que restan emotividad al asunto, la cinta de Bhutiani nos invita a reflexionar sobre el único sentido de la vida, buscar la felicidad cada día, sin dejar pasar ni uno extra esperando un futuro incierto y dejando quizás que esa dicha se nos escape de las manos, sin aprovechar la posibilidad de vivir como queremos, sin artificios ni falsas comodidades. En esta senda de los elefantes que recorre nuestro sabio anciano protagonista, asistimos a una relajación de los sentidos y del espíritu, con un padre de familia abrumado por las dudas, perdido entre la responsabilidad y el corazón, al que una experiencia relacionada con la muerte le iluminará para quizás afrontar el futuro con mayor lucidez y optimismo, y terminar así siendo el verdadero salvado de la función. Curiosamente el actor Adil Hussain incorpora un personaje con inquietudes parecidas al que daba vida en El viaje de Nisha, estrenada entre nosotros y nosotras una semana antes, pero con un comportamiento muy diferente, fruto de un bagaje espiritual y cultural más abierto y sensible, abono ideal para habitar en paz y comunión con nuestros seres queridos, que al final es lo que de verdad importa.
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