USA 2018 109 min.
Dirección David Gordon Green Guión David Gordon Green y Danny McBride, según los personajes creados por John Carpenter Fotografía Michael Simmonds Música John Carpenter, Cody Carpenter y Daniel A. Davies Intérpretes Jamie Lee Curtis, Nick Castle, James Jude Courtney, Judy Greer, Andi Matichak, Rhian Rees, Jefferson Hall, Will Patton, Toby Huss, Haluk Bilginer, Virginia Gardner, Dylan Arnold, Miles Robbins Estreno en Festival de Toronto 8 septiembre 2018; en Estados Unidos 19 octubre 2018; en España 26 octubre 2018
Cuarenta años y varias secuelas separan un clásico del terror, que se ha convertido en tal más por el entusiasmo popular y la memoria mitificadora que por propios méritos, de esta oportunista revisión que se autoproclama secuela directa de la otra e invita a obviar todos los bodrios que se han perpetrado en medio, incluida una celebración del veinte aniversario que se llamó H20 y también protagonizó Jamie Lee Curtis. La hija de Tony Curtis y Janet Leigh sale del letargo para demostrar que ha envejecido de rostro y cuerpo, aunque este último, que siempre ha sido esplendoroso, lo mantiene bien como para convencer de que su personaje se haya convertido en una Rambo femenina dispuesta a acabar de una vez por todas con el famoso asesino en serie y psicópata Michael Myers, también incorporado por Nick Castle con ayuda de James Jude Courtney, que lo dobla en varias secuencias. Así la aguerrida abuelita intenta proteger a su familia, que ya se sabe que es lo más sagrado de la cultura americana. El pobre hombre se pasó cuarenta años encerrado y en silencio en un centro penitenciario para desquiciados, aunque todo apunta a que podría haberse escapado con facilidad; al menos no le costó nada hacerlo cuando lo trasladaban ¡junto a otros presos! de centro de internamiento. Cuarenta años expiando haber matado a cinco personas en aquella fatídica noche de Halloween de 1978... para el cine actual eso no es nada, y si no hay más efectos visuales, porque en este caso no estarían justificados, al menos que hayan más muertos, así que a la primera de cambio ya tenemos una docena. Y poco más; David Gordon Green, un irregular director que ha perpetrado la infame Superfumados pero también logró sacar lo mejor de Nicolas Cage en Joe, realiza esta función en la que se repiten esquemas, falta argumento, sobran tópicos, todo resulta esperpéntico y disparatado, incluidos los habituales y continuos intentos de acabar con el indestructible asesino, y la sensación, una vez más, es de que no paran de tomarnos el pelo. Y encima no faltarán quienes le bailen la gracia.
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