lunes, 20 de julio de 2020

LA PROFESORA DE PIANO Control y frustración

Título original: Lara
Alemania 2019 98 min.
Dirección Jan Ole Gerster Guion Blaz Kutin Fotografía Frank Griebe Música Arash Safaian Intérpretes Corinna Harfouch, Tom Schilling, Volkmar Kleniert, André Jung, Gudrun Ritter, Rainer Bock, Barbara Philipp, Maria Dragus Estreno en el Festival de Karlovy Vary 30 junio 2019; en Alemania 7 noviembre 2019; en España 17 julio 2020

La capacidad del cine alemán para fagocitar géneros y estilos propios de otras cinematografías, ejemplificada en esos telefilmes tan deudores de la estética visual y emocional norteamericana, es parangonable a la nuestra para cambiar títulos a las películas y aportarles algunos tan poco agraciados y acertados como éste, cuyo original es simplemente Lara, el nombre de la protagonista, que no es exactamente profesora sino funcionaria jubilada. Pero como retrato de una frustración que es, Lara fue una vez promesa del piano, solo abortada por un profesor, este sí, extremadamente exigente. Con esa misma exigencia vuelca su frustración en su hijo, un joven inseguro y desbordado por la responsabilidad al que da vida Tom Schilling, uno de los actores alemanes con más proyección internacional de la actualidad, y protagonista también de la anterior película, y ópera prima, del director, Oh Boy, a su vez retrato también de una frustración, la de toda una generación perdida en un futuro incierto.

Esta crónica sobre una madre invasiva y controladora debe muchísimo a Michael Haneke e Isabelle Huppert, pero no solo porque ambos fueran los artífices de La pianista, con la que lógicamente guarda algún punto en común, sino porque el personaje de Corinna Harfouch debe mucho, hasta el abrigo rojo, a los que nos hemos acostumbrado a ver bajo la piel de la Huppert, y porque hay un universo malsano parecido al de Haneke en esta fábula sobre frustraciones y faltas de afecto, aunque no llegue tanta sangre al río como en las inquietantes películas del director austriaco. Repudiada por muchos y redimida por algunos, Lara llega a provocar en el público cierta empatía, convirtiéndose rápidamente en portadora de los logros de su hijo y soportando por ello el desprecio de familiares, amistades y colegas de trabajo.

Ello le vale la categoría de mujer incomprendida, si bien algunas de sus reacciones se tornan tan injustificadas que provocan nuestra desorientación, lo que cabe considerar como un logro del joven realizador, tan preocupado en causarnos cierto estupor como en ilustrar todo ese día en el que transcurre la acción con tanta pulcritud como frialdad formal y emocional. En este sentido cabe decir que aunque la cinta no pudiera existir sin Haneke ni Huppert, Gerster consigue demostrar que controla su estilo, su narrativa y su intención, logrando un film tan interesante como prometedor pudiera parecer sobre el papel. En el apartado musical destacan las aportaciones originales del compositor alemán de origen iraní Arash Safiani y las interpretaciones que de Bach, Chopin, Beethoven y Schumann hace la popular pianista alemana de origen japonés Alice Sara Ott.

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