Reino Unido 2019 110 min.
Dirección Peter Cattaneo Guion Rosanne Flynn y Rachel Tunnard Fotografía Hubert Taczanowski Música Lorne Balfe Intérpretes Kristin Scott Thomas, Sharon Horgan, Amy James-Kelly, Jason Flemyng, Greg Wise, Emma Lowndes, Gaby French, Lara Rossi, India Ria Amarteifio, Laura Checkley, Laura Ephistone Estreno en el Festival de Toronto 6 septiembre 2019; en Reino Unido 6 marzo 2020; en España 7 agosto 2020
Poco hemos sabido de Peter Cattaneo desde su flamante debut en Full Monty. Muchos creyeron ver entonces a un Ken Loach de la comedia, capaz de combinar una historia divertida y simpática con reivindicaciones sociales a favor de las clases trabajadoras más desprotegidas. Su gesta supuso incluso la culminación de un género por entonces muy de moda en el Reino Unido, la comedia con tintes sociales que protagonizaron títulos como El jardín de la alegría, Flower Power, Despertando a Ned, Las chicas del calendario y muy especialmente Tocando el viento, mucho mejor película con la que ésta tiene más de un punto en común. Cintas que hicieron incluso pensar en un resurgimiento del mítico estilo de los Estudios Ealing.
Pero lo cierto es que en los más de veinte años que hace que se estrenó la celebrada película sobre boys de la calle, Cattaneo apenas ha realizado tres películas y otros tres trabajos para la televisión que no han disfrutado ni de lejos de la fama de su ilustre precedente. Algunos hablan ahora sin embargo de resurrección del director, cuando otros solo encontramos un trabajo coyuntural, ameno y entretenido pero rancio como pocos, en el que la mujer adopta un papel de mero florero sometida a las inclemencias de un matrimonio tan sufrido como la guerra a la que se precipitan sus aguerridos esposos (y esposa, que algo de corrección política había que añadir al guion), tan necesitadas de consuelo y objetivo en sus aburridas vidas al servicio de ingratas proles, que deciden formar un coro con el que de la noche a la mañana alcanzan el estrellato en el Royal Albert Hall de Londres.
Basada en un fenómeno que ha barrido todo el antiguo Imperio Británico y ha sido objeto también de una serie documental de televisión la pasada década, Military Wives no deja de ser un mero entretenimiento con bonitas canciones de los ochenta versionadas en modo angelical, y una canción original que se convierte en mayor atractivo artístico del film, por mucho que Kristin Scott Thomas se empeñe en poner interés en una empresa que, al fin y al cabo, ni le va ni le viene. Si al menos hubiera indagado en el esfuerzo que la empresa requiere, y sobre todo en la conveniencia de tanta guerra e intervención a menudo hipócrita, y hubiera analizado el verdadero papel que debería desempeñar el ejército en una sociedad civil moderna y civilizada, nos encontraríamos ante un trabajo más válido y sugerente.
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