Si ya disfrutamos mucho con las dos anteriores comparecencias de la orquesta universitaria, la del pasado miércoles las superó. Gente joven en el escenario y una mayoría de jóvenes también en un auditorio a rebosar, exhibiendo un extremo respeto y una exquisita educación, atentos a la desgarradora interpretación que Juan Gª Rodríguez frente a su imponente conjunto hicieron de las tres Elegías de Halffter.
El desarraigo del exilio de Machado edificado sobre notas sostenidas, golpes de efecto y enorme pesar en el ambiente, la cárcel de Hernández ilustrada con angustia y rabia, y la sangre derramada de Lorca descrita con dureza y un inmenso grito de dolor. Unas páginas estrenadas hace veinticinco años en Granada y poco frecuentadas en nuestra geografía, que nuestros maestros leyeron con energía, emoción y mucha disciplina. Unas palabras del propio Cristóbal Halffter frente al público, elogiando la juventud de sus intérpretes y la esperanza que representan para el futuro del país, acabaron por convertir el evento en acontecimiento y de paso empañar nuestros ojos.
Óscar Martín, que ya nos había embelesado en otras ocasiones, ofreció una lectura enérgica y apabullante del complicado Concierto No. 3 de Rachmaninov, acompañado de enorme lirismo y poesía en los movimientos extremos, si bien paradójicamente fue el segundo, el adagio, el que peor resultó, algo enmarañado y desequilibrado. La orquesta respondió impecablemente, y Martín nos evocó en la propina el estilo del Glenn Gould de sus maravillosas grabaciones de Bach en su interpretación de una obra de Scarlatti.
Artículo publicado en El Correo de Andalucía el viernes 17 de febrero de 2012
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