Dirección Frédéric Fonteyne Guión Philippe Blasband y Anne Paulicevich Fotografía Virginia Saint-Martin Intérpretes François Damiens, Sergi López, Jan Hammenecker, Anne Paulicevich, Zacharie Chasseriaud, Christian Kmiotek, David Murgia
Estreno en España 3 mayo 2013 (no en Sevilla)
Entre Una relación privada, uno de los primeros éxitos de Sergi López en Francia, y esta película han pasado trece años, durante los cuales Frédéric Fonteyne sólo ha dirigido otra, La femme de Gilles. Ésta que nos ocupa ahora es típica carne de festival; de hecho ha sido distinguida con el premio del jurado de la sección Horizontes en el pasado Festival de Venecia, así como con el gran premio del de Varsovia. Reconocimientos que nos parecen excesivos para la que se nos antoja una película cargante que pretende una vez más convencernos de que la verdadera libertad se lleva en el espíritu, y que hay barrotes más sólidos que los de una cárcel. Para eso construye un personaje arquetípico, uno de esos caracteres tan apreciados por la subcultura del falso cine de calidad y que se apoyan en algo muy parecido al autismo para generar personajes irritantes, poco emocionables y con expresión permanente de estupefacción. Así es el protagonista de esta cinta, un funcionario de prisiones muy rarito e introvertido que se enamora de una mujer en clase de tango (que ya nos gustaría saber qué hace un sujeto así asistiendo a ese tipo de clases). La señora en cuestión, coautora por cierto del guión, está emparentada con un par de reclusos, uno de ellos muy celoso, paradójica y poco convincentemente a tenor de la situación que se va planteando. El tango, bailado también entre reclusos, se erige en metáfora de la libertad y el carácter, dando lugar a secuencias algunas esperpénticas y ridículas, otras bien coreografiadas, aunque con una cámara y un montaje que malogran sus resultados estéticos. Por lo demás mucha psicología barata, una resolución tan fuera de lugar como poco convincente y unos personajes que apenas progresan a lo largo de la película, y de los que francamente nos vamos interesando menos conforme se va acercando un final tan anhelado como necesario para nuestra paciencia y salud mental.
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